V de Viernes
Riesgos del litio
El espectacular incendio en una empresa de reciclaje de baterías en el Henares llama la atención sobre los peligros inherentes a las nuevas tecnologías
Mucho se ha escrito sobre los problemas de las tecnologías derivadas del petróleo y su peligrosidad en accidentes, escapes o sabotajes. Menos sobre los cuidados necesarios con relación a los nuevos combustibles, en tanto que recientes. Pero igual de peligrosos a veces. Se acaba de publicar un informe de Nature Cities que concluye que los paneles solares aumentan la temperatura: tan solo un 20 por ciento de la energía solar que obtienen se convierte en electricidad. El 80 por ciento restante contribuye al calentamiento. Si a ello añadimos los problemas de reciclaje de los propios paneles, o la imposibilidad de reciclar las palas eólicas, empezamos a pensar que no es oro todo lo que reluce en las energías “limpias”. Hemos oído historias de baterías de teléfonos que se incendian en los aviones, patinetes eléctricos que estallan mientras se cargan o coches eléctricos ardiendo. La semana pasada asistimos en el Corredor del Henares a la explosión de una planta de reciclaje de baterías de litio, desencadenando una horrible columna de humo tóxico que obligó a Madrid a activar su emergencia, con cuatro heridos y 600 personas evacuadas. Se recomendó confinamiento domiciliar, cierre de puertas y ventanas y prohibición del aire acondicionado. La intoxicación por litio, amén del humo toxico, puede ser grave.
La noticia focaliza el debate sobre las baterías de litio, seguras si se manejan y usan correctamente, pero con riesgos si no se toman precauciones. El principal es el sobrecalentamiento, que puede llevar a la explosión. Los incendios de baterías de litio son difíciles de controlar y se extienden rápidamente, liberando gases letales. La buena noticia es que es extremadamente rara la explosión con la atención debida.
El aumento de dispositivos eléctricos y electrónicos (móviles, tablet, relojes inteligentes, ordenadores, coches, etc.) hace obligatorio llamar la atención sobre la necesidad de evitar el sobrecalentamiento de sus baterías, así como saber que deben ser almacenadas siempre en lugares frescos y secos, existiendo armarios específicos para ello. Estos armarios son resistentes al fuego, están fabricados con materiales que aíslan a las baterías de altas temperaturas y disponen de ventilación y sistemas de control de temperatura. Importante esto último porque el sobrecalentamiento puede desencadenar fugas térmicas, hasta el punto de explotar. El rango en el que se deben almacenar oscila entre los 15 y 25ºC, con una carga de un 50% aproximadamente, siendo importante tanto controlar la temperatura máxima (30ºC) como la mínima (0ºC). También la humedad, ya que se trata de dispositivos sensibles a la humedad, pudiendo ser la causa de cortocircuitos internos y daños irreversibles. De ahí la recomendación de lugares secos, no húmedos.
Además, se debe inspeccionar para revisar signos de hinchazón, fuga de líquidos u otros daños. Las baterías tienen una vida limitada, por lo que hay que reemplazarlas. También es importante evitar la sobrecarga de los dispositivos: nunca por encima del 100% ni el uso de cargadores no originales o que carezcan de certificado CE.