Nacionalismo
Esquizo-independencia
Es tal el desconcierto, el enfrentamiento y la división de los catalanistas frente al jardín en el que se han metido durante los últimos años (con su excursión mental por fantasías que no tenían nada que ver con el actual mundo global) que ahora nos proponen otra ocurrencia. El plan genial, tipo Baldrick, para resolver sus propias disputas es que el resto de los catalanes aceptemos una presidencia regional doble.
Tendríamos un presidente real y efectivo y otro que sería de broma; éste último necesario para calmar al acólito que les da más guerra con las mismas armas sentimentales y populistas que ellos inventaron. Resumiendo: Puigdemont quiere ahora que le conviertan en presidente subregional de pegolete. Vamos a dejar de lado el hecho de que la figura de un presidente Tancredo es otro invento inédito sin ningún significado jurídico. Pero es que, además, cabría preguntarse qué hubiera dicho la consorte rumana de Puchinelli si, después de embarazarse de la primera de sus hijas, éste le hubiera propuesto ser solo «padre simbólico» de sus vástagos. Creo que no se lo hubiera tomado muy bien. Desconozco ningún tipo de insulto en rumano pero sospecho que se hubieran oído palabras fuertes.
Si un buen número de mis paisanos están tan enganchados a los símbolos que no pueden quitarse, tengo una idea que no deja de ser otra ocurrencia. Instalemos para siempre el artículo 155 en Cataluña, con lo que nos garantizamos que la autonomía seguirá funcionando cumpliendo las necesidades básicas, y creemos entonces la «independencia postureo» con su capital también simbólica en Olot, Girona, Santpedor o Bruselas. Los adictos podrán ir a disfrutarla cada vez que quieran y sentirse bien, mientras los demás catalanes continuamos nuestra vida habitual en Tabarnia, Cataluña o donde nos apetezca estar. Eso sí, los impuestos de todos y la seguridad social que sigan circulando por los viejos canales del 155.
Quede pues consignada mi solidaria contribución, como buen catalán, al enorme caudal de memeces que han salido últimamente de mi región natal. Presentamos al independiente simbólico: toda una salida.
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