Multimedia y multipantalla

No hace falta más que ver a las nuevas generaciones para darnos cuenta de hasta qué punto el consumo de información y de contenidos digitales ha cambiado en los últimos años. Si hasta hace una década sabíamos que el consumo de prensa tenía lugar fundamentalmente por la mañana, y de televisión por la tarde noche, con un prime-time claro, ahora todos estos esquemas se han derrumbado y nos encontramos un perfil de usuario multipantalla que alterna y simultanea los soportes.

¿Qué quiere decir esto? Pues, en primer lugar, que a través de su dispositivo móvil, sea un smartphone o una tableta, está conectado las 24 horas del día, de tal modo que tiene acceso a la información en todo momento. Además, las redes sociales lo han cambiado todo, pues no sólo nos hacen llegar una selección de los contenidos digitales que más nos pueden interesar, sino que permiten una interacción permanente.

Del mismo modo, el consumo de contenidos televisivos también ha variado enormemente y cada vez es mayor el número de usuarios que no ven programas o películas en directo, sino on-line, grabados, vía la página web del propio canal, a través de las Smart-TV... Y aunque los vean en directo, están interactuando a través de las redes sociales -Twitter y Facebook fundamentalmente-, y comentando lo que ven.

Por tanto, para los medios es cada vez más difícil adaptarse a tal cantidad de soportes y de hábitos, ya que el diseño de una página web pensada para un ordenador no es óptimo para una tableta, táctil y con una pantalla de menor tamaño y, al mismo tiempo, éste tampoco se adapta perfectamente a un móvil, con un tamaño de pantalla todavía menor y unas características muy diferentes, tanto como los horarios de lectura de cada uno de dichos soportes.

Si en horario laboral el PC o el portátil siguen siendo los reyes, en horario nocturno la tableta se impone, mientras que el móvil, el soporte que más crece con diferencia, tiene su reinado por las tardes, los fines de semana, en los trayectos para ir a trabajar...

Por este motivo, los medios han adaptado sus diseños y la usabilidad en función de cada tipo de pantalla, pero el siguiente paso ya se está comenzando a dar, que es adaptar también el tipo de contenido, porque si en el ordenador la información «seria» es la que manda, en los dispositivos móviles y con el usuario sentado plácidamente en su sofá ante el televisor son otro tipo de noticias las que ganan la partida.

Igualmente, el vídeo va ganando cada vez más terreno y aumenta el tiempo de visionado por usuario, razón por la que las agencias demandan cada vez más contenido audiovisual para insertar su publicidad.

Todos estos cambios implican un dinamismo constante en los medios digitales, que se han convertido en generadores de contenidos que han de ir sirviendo de un modo u otro en función del tipo de soporte desde el que el usuario acceda a ellos y en función de la franja horaria del día. Ya no hay medios digitales, sino depósitos de contenidos multimedia que se adaptan a los hábitos del consumidor, como si de un bar-restaurante se tratara: capaz de servir desayunos por la mañana, almuerzos a mediodía y cenas por la noche, y ofrecer un tentempié o un refresco a cualquier hora del día.