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Periodistas vs «dircoms»

Periodistas y profesionales de la comunicación empresarial. Mismo oficio, distintas trincheras. Pese a que la permeabilidad entre ambos lados es constante, cada cual lucha desde un bando y, aunque es cierto que es una relación no siempre fácil, no lo es menos que dicha relación es cada vez más necesaria. Por este motivo, la Asociación de Directivos de la Comunicación (Dircom) y la Asociación de Empresas Consultoras en Relaciones Públicas y Comunicación (Adecec) han editado el «Manual de buenas prácticas en la relación entre los profesionales de la comunicación y los periodistas», uno de cuyos principales objetivos es tratar de romper las relaciones estereotipadas entre ambos perfiles profesionales, según los cuales «el periodista considera que el profesional de la comunicación, tanto los «dircom» como las agencias, son una barrera a la hora de acceder a una fuente directa de información, llegando incluso a condicionar o manipular la información», explica el manual.

Por el lado contrario, «los profesionales de la comunicación perciben una consideración especial por parte de los periodistas hacia los directores de comunicación de las grandes compañías, no sólo porque suelen ofrecer información relevante, sino porque son grandes anunciantes».

Para abordar el contenido de este manual, sus autores se han planteado dos preguntas clave: qué le pide un «dircom»/profesional de agencia a un periodista y viceversa, es decir, qué le pide un periodista a un «dircom». A la primera pregunta, el decálogo con el que responde la guía es el siguiente: respeta y comprende como informador a tu fuente (1); el profesional de la comunicación es una fuente, no una barrera (2); entiende mi punto de vista como empresa, valóralo como posible enfoque informativo y respétalo (3); sé objetivo y cítame como fuente si procede (4); contrasta siempre con una o varias fuentes la información que vayas a publicar (5); no establezcas categorías de profesionales en función de la empresa a la que representen (6); di «no» desde un principio a los temas no relevantes (7); ten capacidad de autoevaluación, reconoce tus errores y plantea soluciones (8); no facilitarte toda la información no significa mentir (9), y siempre que resulte necesario, comparte la información con el «dircom», ya que le dará opción a que responda y te dé una versión de contraste (10).

En cuanto a qué le pide un periodista a un «dircom», el manual también plantea un decálogo: aporta información con un enfoque relevante (1); nunca mientas al periodista (2); preocúpate por ser un interlocutor adecuado y conoce bien el tema del que vas a informar, pues de lo contrario dejarás de contar como fuente (3); conoce bien a cada medio y a los periodistas de tu sector en cada uno de ellos, preséntate y dirígete a ellos por sus nombres y apellidos (4); ten en cuenta los plazos y los tiempos, ya que una información tardía no sirve de nada (5); mantén contacto regular con los periodistas (6); las informaciones impersonales y uniformizadas no son relevantes, por lo que hay que reconocer el valor de las exclusivas (7); no desprecies a los medios digitales y audiovisuales, pues su importancia es cada vez mayor (8); nunca discrimines al periodista en función del medio o soporte en que trabaja (9) y conviértete en la principal referencia informativa para los periodistas, para lo que es imprescindible ser accesible y no dar largas.

Por último, el manual ofrece también un decálogo de buenas prácticas para mejorar la relación entre periodistas y profesionales de la comunicación empresarial. Sin duda, una guía de obligada lectura para ambos sectores.