Cuartel emocional

Última estación

Que Puigdemont ordene, mande y haga saber a Sánchez y a sus 178 apoyos, me importa un bledo

Atravieso la última estación de estas vacaciones con una mezcla de indeferencia, estupor y desprecio hacia lo que pasa a mi alrededor. Que quien se cargó las islas baleares mientras las gobernó y ahora aparezca como tercera autoridad del estado, me importa un bledo. Que Puigdemont ordene, mande y haga saber a Sánchez y a sus 178 apoyos, me importa un bledo. Que los malditos de Vox no vayan a arrimar el hombro por intentar lo imposible y que se estén desintegrando a pasos agigantados, me importa un bledo. Que Feijóo no pegue un puñetazo en la mesa y haga temblar el oremus sacándose de la manga un as que le permita unos apoyos suficientes para gobernar como partido más votado, esto sí me importa porque me irrita, como también me irrita que no exista un resorte que permita al Rey, como Jefe de Estado, poner orden en este desbarajuste nacional, porque de no ser así, haciendo valer el poco poder que puede ejercer, tiene los días contados, y nuestros nietos jamás verán acceder al trono a Leonor, que en estos días ha ingresado en la Academia Militar de Zaragoza. Sólo me consuela que he conseguido un punto pasota que me aísla de conversaciones donde se elaboran conjeturas que no van a ningún lado, solo al pesimismo y al derrotismo, me limito a ejercitar un estado contemplativo, que para eso estoy en vacaciones, y ver periódicos ahora sí en papel, que es lo que me gusta, aunque no me pierdo tampoco ningún digital, sacando mis conclusiones muy particulares metiendo en la batidora mental lo que leo y lo que pienso. También me fío de mis sensaciones que no son buenas, para qué les voy a engañar, y procuro divertirme, comer y beber con una leve discreción, que para eso todavía es agosto, y disfrutar las cosas buenas de la vida, como estar con los amigos y hacer risas, que ya vendrá el tío Paco con la rebaja.

Va a ser divertidísimo ver en el Congreso a cada cual hablando su jerga sin que nadie les entienda y sin que tampoco entre ellos se aclaren. Ante tal desbarajuste el gran farsante, mentiroso, patán del inmencionable se verá abocado a disolver las Cortes una vez investido y convocar elecciones. Esto es lo que apuntan algunas mentes sesudas que pontifican por aquí y por allá, si bien en estos días de altísimas temperaturas me sumergen en la indiferencia que más arriba apuntaba.

La otra noche, en una encantadora “serata” de verano, un militar me apuntaba que los primeros días en el Ejército son duros, y para Leonor no va a ser menos. Esa dulcísima y temperamental joven, que, por fortuna, se aleja de la estética de su madre y que no tenemos claro que un día pueda ceñir la Corona del Reino de España, tendrá una preparación tan completa como la de su Padre, si bien su Augusto Abuelo tuvo tan sólo formación cuartelera y resultó un Rey magnífico, pese a que en los días que corren se le denoste, se vea obligado a mantenerse en el exilio y ese ser insignificante que es Lilith Vestringe proponga que se retiren sus retratos y bustos de todos los organismos oficiales.

CODA. Vox deja en el aire sus 33 escaños para una investidura de Feijóo, PP quiere un giro del PNV para no ceder un puesto en la Mesa al tiempo que el cagapoquito Albares envía una carta a la Unión Europea sobre lenguas cooficiales que exceden los límites de esta basura de ejecutivo en funciones que nos tiene désolé y deja a los comunitarios con cara de no entender nada. No me extraña. Nosotros tampoco