Biblioteca Harley-Davidson

Vigías de campanario

Cuando los vigías hagan repicar las campanas llamando a alarma en época de elecciones, tómenselo con calma

Cada columnista tiene su tono particular, su sello personal, su manera singular de acercarse a las cosas. En mi caso reconozco que es un tono de cierta pachorra, de una especie de escepticismo fatalista, que me hace ser un hombre tranquilo, más dado a la risa que al apocalipsis. Quizá me lo da vivir en la playa, un lugar donde siempre hay tiempo para retrasar el fin del mundo conocido dándose un bañito al atardecer.

Entiendo, sin embargo, que esa actitud puede provocar en el lector la sensación de que redacto mis piezas reclinado en una chaise-longue en negligée, adornado con plumas de marabú, leyendo bombones de licor y comiéndome novelas francesas existencialistas o viceversa. Obviamente, nada más lejos de la realidad. Sucede simplemente que, en épocas como estas, cuando a raíz de unas elecciones salen a la calle innumerables profetas advirtiéndonos de todos los males de la sociedad, encuentro que mi papel es precisamente recordar que, en efecto, hay un montón de cosas horribles sucediendo en el mundo, pero que eso no significa que todo lo que sucede sea horrible. No es que el mío sea el rol más admirable ni el más importante, pero contribuye al sentido de perspectiva de las cosas. En 1900, hace solo 123 años nuestra esperanza media de vida era de 49 años. Hoy es de 78. Agradezco, uno por uno, cada uno de esos años añadidos de vivificantes experiencias. ¿Ustedes no?

Cuando los vigías hagan repicar las campanas llamando a alarma en época de elecciones, tómenselo con calma. Por supuesto, hay muchos problemas que resolver todavía: los noticiarios dirán que se cierne sobre nosotros el fascismo o que el calentamiento del planeta hará que nuestras mascotas se vuelvan pasado mañana caníbales. Pero lo cierto es que los números dicen que en los últimos cincuenta años hemos reducido más la pobreza que en todos los quinientos años precedentes. Y eso, amigos, es algo muy grande.