Moda

Pasarela política: Magdalena Álvarez; colores con estilo

Magdalena Álvarez
Magdalena Álvarezlarazon

Al igual que inaugurar carreteras no es incompatible con calzar unos buenos tacones, visitar una obra con casco incluido no está reñido con un buen traje chaqueta. Su gusto por los colores fuertes y los estampados podrían mejorarse en algunas ocasiones, pero, aun así, Álvarez siempre sale vencedora en la selección de prendas y en cómo las combina.

Su estilo es atrevido: cuida especialmente las combinaciones de color, al igual que las texturas de los tejidos y los accesorios. Tampoco duda ni tiene miedo a la hora de subir o bajar de tacones, de intercambiar chaquetas estampadas con colores muy vivos y brillantes. La ex ministra utiliza el «color block», una tendencia que mezcla colores opuestos o complementarios en un solo «outfit», o, si una es más arriesgada, puede hacerlo incluso en la misma prenda, combinando formas geométricas de tonos diferentes. Con esas mezclas de colores proyecta una imagen fuerte y potente.

Tiene buen gusto y además se agradece la falta de prejuicio a la hora de mezclar y jugar con la moda, pero quizá podría mejorar el nivel de los accesorios, bolsos y zapatos. Además, no es necesario conjuntar bolso y zapatos del mismo color o hacerse los zapatos a juego con el traje de chaqueta; eso es algo que se quedó anclado en el estereotipo de madrina de boda de provincia hace más de tres décadas.

Ana Locking

Diseñadora

Necesita mejorar

Más flacidez que arrugas

Al igual que no ha podido eludir ser imputada en la trama de los ERE, a la vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones, de 61 años, los signos del envejecimiento le han alcanzado de lleno, sobre todo en el rostro. Según la doctora Banda, especialista en Medicina Estética de la Clínica Menorca, la señora Álvarez tiene arrugas en el tercio superior del rostro y una marcada flacidez en el tercio inferior y en el cuello. Le recomendaría toxina botulínica para la frente y las pequeñas arrugas alrededor de los ojos, y relleno de ácido hialurónico en el tercio inferior para recuperar los ángulos perdidos.

Para la zona del surco del óvalo de la cara, que lo tiene muy marcado, y para el cuello, le pondría los hilos mágicos. El material del que están fabricados, el polidioxano, crea tejido de soporte de forma natural por la producción de colágeno y fibroblastos alrededor del hilo insertado, que tensan y redensifican la piel. Los párpados, según Banda, solo tienen solución quirúrgica. En cuanto al cuerpo, pido consejo a la doctora Crispín, y me confirma lo que ya pensaba: la celulitis y grasa localizada que luce en bikini podría tratarse con intralipoterapia, «coolsculpting», mesoterapia o, incluso, combinando algunos tratamientos.

Así será en 20 años

Tiene tendencia a la flacidez más que a las arrugas, a que se le marquen las bolsas de los párpados y a acumular grasa localizada y celulitis en el cuerpo. Sólo hay una solución: los tratamientos médico estéticos y quirúrgicos.

Marta BOIRA

Gestos delatadores

Muletillas salvadoras

La trayectoria académica y profesional de Magdalena Álvarez queda eclipsada por la rapidez de su discurso. Su lenguaje está plagado de muletillas («eh», «pues») que la ayudan a frenar, ya que piensa más rápido de lo que habla. También son reflejo de tensión y deseos de estructurar el pensamiento y el discurso, en ocasiones confuso y desestructurado para el oyente. Ella misma se atropella durante sus intervenciones

Posee un carácter fuerte que se refleja en su paso firme, en los movimientos secos que realiza con sus brazos y en el hecho de que no duda en señalar con el dedo muy a menudo. Cuando saluda toca con la mano derecha el brazo de la otra persona –zona superior–, intentando generar cercanía. Suele tener el cuello y los hombros inclinados hacia delante, lo que pone en evidencia el peso que siente sobre ellos.

Cuando se siente nerviosa tiende a tocarse el pelo, a gesticular mucho con los brazos, a inclinarse hacia atrás y a presionar los labios para frenar las palabras, porque es impulsiva en sus respuestas. Esto refleja una personalidad enérgica. Mostrar el dorso de las manos y no las palmas resta credibilidad a su discurso. Le desagrada no sentir el control, cuando esto sucede intenta recuperarlo recolocando los papeles o los objetos de la mesa o atril.

Valvanuz SÁNCHEZ DE AMORAGA