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Duques de York: una relación de ida y vuelta

El príncipe Andrés y su ex mujer acercan posturas para recuperar su relación, e incluso sus amigos comentan que podrían volver a casarse

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La frase popular «segundas partes nunca fueron buenas» no debe interpretarse al pie de la letra en el idioma del príncipe Andrés y su ex mujer Sarah Ferguson. Según informan los medios británicos los duques de York parece que acercan posturas –a pesar de no haber perdido nunca el contacto– desde su separación en 1996. Una escapada de última hora a Balmoral puede ser el inicio de la reconciliación oficial que podría, según dicen los amigos de la pareja, terminar en una segunda boda.

La sorpresa tuvo que ser mayúscula para Sarah Ferguson cuando su ex marido la invitó esta verano a subirse al coche que les llevaría al aeropuerto –en el que también estaban las hijas de ambos, Eugenia y Beatriz– y de ahí, a pasar unos días a la residencia de verano de la reina Isabel II, el Palacio de Balmoral. Desde que en 1996 ambos decidieran seguir cada uno por su camino y se la exilió de la familia real británica, no había vuelto a estar tan cerca de la realeza, otra vez. Aprovechó la ocasión para saludar todo el tiempo por la ventanilla del coche, esas cosas no se olvidan. A raiz de este viaje han surgido las voces de amigos revelando la posibilidad de que Andrés y Sarah Ferguson vuelvan a estar juntos. Según el rotativo «Daily Mail» personas cercanas a la pareja han declarado que están a punto de formalizar un reencuentro «oficial». Es más, otro amigo aseguró tajantemente: «Recuerden mis palabras, es sólo cuestión de tiempo, van a casarse de nuevo».

Realmente, y en sentido práctico, nunca han llegado a separarse del todo. Desde el divorcio ambos residen en el Royal Lodge, la antigua casa de campo que posee la reina madre Isabel en Berkshire. Tampoco han dejado de acudir, juntos o por separado, a eventos familiares, como la graduación de la princesa Beatriz en el College Goldsmiths en londres en 2011. Incluso se les pudo ver compartir coche en abril de este año y los allegados a la pareja no se sorprenden: «No sería raro que volviesen a estar juntos. Hacen una pareja maravillosa, y mejor aún, son muy buenos padres». Ellos mismos han ratificado la idea de que puede haber indicios de reconciliación al aseverar Andrés en 2009 que no descartaba volver a casarse con su ex mujer. «¿Tenemos que estar casados?», preguntó. «Bueno, vamos a decirlo de otra manera: no puedo confirmar ni negar la posibilidad. Tenemos dos hijas maravillosas y todavía nos ocupamos de ellas», aseguró. Y así ha sido, ya que las princesas acompañan a su padre a determinados actos institucionales, y aprovechan las vacaciones para pasar tiempo con su madre en sitios como St Tropez.

«Como si estuvieran casados»

Durante el tiempo separados, al duque se le ha relacionado con una serie de mujeres pero con ninguna de ellas ha mantenido una relación prolongada en el tiempo, al igual que los «affaires» de la duquesa. Y es que realmente nunca ha habido un problema de fidelidad en la pareja. En una entrevista concedida en 1999, Sarah Ferguson aclaraba que «no había ninguna razón para que nos divorciásemos, no había otra persona en nuestras vidas. Nos separamos porque yo tenía que salir fuera para trabajar y Andrés no veía bien que yo fuera una comercial mientras perteneciese a la familia real». Aun así durante este tiempo la duquesa no se lo ha puesto nada fácil a su ex marido. En 1992, un tabloide publicó fotografías de ella en actitud muy íntima con John Bryan, su «asesor financiero». En 2010 se supo que Ferguson había intentado vender a un periodista el acceso a su ex marido a un precio de 500.000 libras esterlinas (más de 580.000 euros), para pagar las deudas que tenía que ascendían a 3 millones de libras (casi tres millones y medio de euros). Sin embargo, el duque nunca ha criticado la vida de su ex, e incluso le ha proporcionado apoyo financiero siempre que ella lo ha necesitado.

A pesar de que muchos dudan de que la relación fructifique debido al desconcierto que muestra el príncipe Felipe acerca de Fergie porque nunca le perdonó la vergüenza que le causó a la familia real durante los años 90, cuando tuvo una aventura con un magnate del petróleo tejano mientras estaba embarazada de Eugenia, parece ser que desde que ha llegado al Palacio de Balmoral, y según los testigos, «la están tratando como si aún estuvieran casados. Todo es como en los viejos tiempos». Parece ser que también en este caso se ha impuesto la voluntad de Isabel II que sugiere que aún le gusta su nuera, a pesar de todo, y la ve como una buena madre. ¿Acaso la reina se ha convertido en la gran casamentera de Balmoral?