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Francisco: «La Iglesia no subestimará los abusos»

Lanzó un duro mensaje a todos los que abusan de menores: «Convertíos, entregaos a la justicia humana y preparaos para la justicia divina».

El Papa Francisco
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En su discurso de Navidad, el Papa ha tachado a los sacerdotes que han cometido delitos contra menores de “lobos atroces” y les ha advertido que deberán acudir a la “justicia humana” para prepararse para la “justicia divina”

Francisco no desaprovecha ninguna ocasión para dejar clara su postura firme y de tolerancia cero contra los abusos en el seno de la Iglesia Católica. En su tradicional discurso de Navidad a la Curia, en el que ha aprovechado para felicitar las fiestas a los fieles y a los miembros de la jerarquía eclesiástica, Bergoglio también ha reiterado que la Santa Sede “nunca más encubrirá o subestimará” los casos de crímenes contra menores y, por ello, “no se cansará de llevar a los abusadores ante la Justicia”. “Nunca debe volver a suceder. Esta es la elección y la decisión de toda la Iglesia”, ha afirmado.

Bergoglio ha calificado los abusos como un mal que “desgarra el cuerpo de la Iglesia, causando escándalo y desacreditando la misión salvífica de la Iglesia y los sacrificios de muchos de sus hermanos”, y a los sacerdotes que los cometen como unos “lobos atroces”: “A menudo, detrás de su gran amabilidad, su labor impecable y su rostro angelical, ocultan descaradamente a un lobo atroz listo para devorar a las almas inocentes”. “Convertíos y entregaos a la justicia humana y preparaos para la justicia divina”, les ha advertido, y no se ha quitado responsabilidad: “En el pasado, por ligereza, incredulidad, por falta de preparación, por inexperiencia o por superficialidad espiritual y humana, han tratado muchos casos sin la debida seriedad y rapidez”, ha indicado Francisco, una muestra más de la autocrítica que ha caracterizado su Pontificado desde que comenzó hace ya cinco años.

El Pontífice recordó que en la reunión que en la reunión que se celebrará en febrero en el Vaticano con las conferencias episcopales de todo el mundo “se buscará transformar los errores cometidos en oportunidades para erradicar este flagelo no solo del cuerpo de la Iglesia, sino también de la sociedad”. “La Iglesia no se limitará a curarse a sí misma, sino que tratará de afrontar este mal que causa la muerte lenta de tantas personas a nivel moral, psicológico y humano”, ha concluido.