Suecia
El Papa pide a luteranos y católicos «reconocer los errores y pedir perdón»
El Papa instó a mirar al pasado y a no resignarse ante la división y el distanciamiento.
El Papa instó a mirar al pasado y a no resignarse ante la división y el distanciamiento.
Los dos principales eventos del Papa Francisco en la visita que inició ayer en Suecia estuvieron dedicados al ecumenismo y encaminados a mejorar aún más las relaciones con la Iglesia Luterana. El motivo de la visita del Papa es precisamente conmemorar los 500 años de la Reforma de Martín Lutero y los 50 años desde que la Iglesia católica y la luterana comenzaron a dialogar de manera más profunda.
Así, en la catedral luterana en la ciudad de Lund, el Papa afirmó que «Católicos y luteranos hemos empezado a caminar juntos por el camino de la reconciliación». Allí, junto a Martin Junge, Secretario General de la Federación Mundial Luterana, Francisco participó en una oración conjunta.
Francisco agradeció el esfuerzo «de tantos hermanos nuestros, de diferentes comunidades eclesiales, que no se resignaron a la división, sino que mantuvieron viva la esperanza de la reconciliación entre todos los que creen en el único Señor». «No podemos resignarnos a la división y al distanciamiento que la separación ha producido entre nosotros» y de la «oportunidad de reparar un momento crucial de nuestra historia, superando controversias y malentendidos que a menudo han impedido que nos comprendiéramos unos a otros», dijo en su discurso. Más bien, al contrario puesto que «también nosotros debemos mirar con amor y honestidad a nuestro pasado y reconocer el error y pedir perdón: solamente Dios es el juez». El obispo de Roma habló de la división causada hace ahora 500 años, y expresó que en aquel entonces «había una voluntad sincera por ambas partes de profesar y defender la verdadera fe, pero también somos conscientes de que nos hemos encerrado en nosotros mismos por temor o prejuicios a la fe que los demás profesan con un acento y un lenguaje diferente». «Con esta nueva mirada al pasado no pretendemos realizar una inviable corrección de lo que pasó, sino contar esa historia de manera diferente», reconoció.
Por su parte, Martin Junge reconoció en su sermón que «es muchísimo más lo que nos une, que lo que nos separa». «Somos ramas de una misma vid. Somos uno en el Bautismo. Por eso estamos aquí entonces, en esta conmemoración conjunta», afirmó.
El luterano señaló que la relación con la Iglesia Católica «es un camino prometedor, pero exigente, sin lugar a dudas». Por tanto, «el camino al cual estamos llamados deberá sostenerse en diálogos aún más profundos». Al final del acto, el Papa Francisco y el luterano Martin Jung firmaron una declaración conjunta en la que abogan por «pasar del conflicto a la comunión» y ayudar a los más necesitados. En el texto firmado exhortan «a todas las comunidades y parroquias luteranas y católicas a que sean valientes, creativas, alegres y que tengan esperanza en su compromiso para continuar el gran itinerario que tenemos ante nosotros». «En vez de los conflictos del pasado, el don de Dios de la unidad entre nosotros guiará la cooperación y hará más profunda nuestra solidaridad».
Después Francisco se trasladó hasta el estadio de Malmö para un encuentro ecuménico con los principales líderes luteranos. «Doy gracias a Dios por esta conmemoración conjunta de los 500 años de la Reforma, que estamos viviendo con espíritu renovado y siendo conscientes que la unidad entre los cristianos es una prioridad, porque reconocemos que entre nosotros es mucho más lo que nos une que lo que nos separa», dijo en el evento.
Bergoglio aprovechó una vez para hablar de los desfavorecidos: «Para nosotros cristianos es una prioridad salir al encuentro de los desechados y marginados de nuestro mundo, y hacer palpable la ternura y el amor misericordioso de Dios, que no descarta a nadie, sino que a todos acoge».
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