La sucesión de Benedicto XVI
El Papa que viene
¿Cómo debe ser el Papa que viene? En primer lugar, gracias a los últimos Pontífices, queda clara una primera condición: ser él mismo. Las diferencias entre Juan Pablo II y Benedicto XVI constituyen una evidencia, y no un simple lugar común de todos los anecdotarios. También el nuevo Papa tendrá unos buenos predecesores en qué fijarse: Juan XIII convocando el concilio y Pablo VI llevándolo a cabo; Juan Pablo I con su breve pero intensa sonrisa; el magisterio en la línea del Vaticano II de Juan Pablo II, y Benedicto XVI. El rumbo parece, pues, claro. El Papa polaco y el alemán han estado hablando con insistencia de la Nueva Evangelización. Incluso el último sínodo de todos los obispos del mundo ha sido sobre esta necesidad de la Iglesia.
Dejar el pontificado en medio del Año de la Fe resulta también una pista interesante. El (re)descubrir la fe y profundizar en ella es el comienzo del amor verdadero, recuerda en su mensaje de la cuaresma de este año. ¿Cuáles deben ser las prioridades del nuevo pontificado? Eso lo decidirá el futuro Papa, pero la estela trazada por Benedicto XVI podría ser una buena pauta. Las ideas del Papa alemán pueden resumirse en siete palabras: razón, corazón, creación, (ad)oración, Jesucristo, Iglesia y belleza. En dos palabras: Nueva Evangelización. El nuevo Pontífice hará lo que considere oportuno en conciencia, pero qué duda cabe de que va a tener buenos «maestros de Papa».
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