Francisco encomienda especialmente a los parados a la Inmaculada

Cada vez que el Papa Francisco deja el interior del Vaticano, Roma se paraliza. Es lo que ocurrió ayer cuando acudió hasta la popular Plaza de España en el centro de la ciudad para homenajear a la Inmaculada Concepción, algo que es tradición que realice el Papa cada año.

El Pontífice llegó a las cuatro de la tarde y fue acogido por el Vicario del Papa para la diócesis de Roma, el cardenal Agostino Vallini, por la alcaldesa de la ciudad, Virginia Raggi, y por diversas autoridades, entre ellas el Embajador de España ante la Santa Sede, Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga.

Después de saludar a los cientos de fieles que se congregaron, el Pontífice se acercó hasta la popular estatua de la Inmaculada y puso un ramo de flores a los pies de la monumental estatua de la Virgen en medio de la plaza.

La oración que ofreció tuvo como protagonistas a los ancianos, niños, enfermos, las familias y entre otros, las personas que se encuentran en situación de desempleo y no logran encontrar trabajo. “Oh María, Madre nuestra Inmaculada, en el día de tu fiesta vengo a Ti, y no vengo solo: traigo conmigo a todos aquellos que tu Hijo me ha confiado, en esta ciudad de Roma y en el mundo entero, para que Tú los bendigas y salves de los peligros”, dijo al inicio de la plegaria.

Francisco pidió por “los niños, especialmente los que están solos, abandonados, y que por eso son engañados y explotados” así como por las familias “que llevan adelante la vida y la sociedad con su compromiso diario y escondido” pero de modo particular a las familias “que tienen más dificultades por tantos problemas propios y de otros”. “Te traigo, Madre, a todos los trabajadores, hombres y mujeres, y te confío sobre todo a quienes, por necesidad, se ven obligados a desarrollar un trabajo indigno y a quien ha perdido el trabajo o no logra encontrarlo”, dijo también.

Como ya hiciera el año anterior, el Papa se trasladó después hasta la Basílica de Santa María la Mayor para orar ante la imagen de la Salus Populi Romani, la advocación de la Virgen ante la que reza también antes de emprender un viaje internacional y a la vuelta del mismo.

Con motivo de la fiesta, el Papa también rezo el Ángelus a medio día desde la ventana del estudio Pontificio, y explicó el sentido de esta fiesta. “Jesús ha comenzado su camino sobre los senderos de la humanidad; lo ha comenzado en María, transcurriendo los primeros meses de vida en el vientre de la madre: no ha aparecido ya adulto y fuerte, sino que ha seguido todo el recorrido de un ser humano”, afirmó.

Francisco también comentó que “cada ‘sí’ lleno de Dios da origen a una nueva historia: decir ‘sí’ a Dios es verdaderamente ‘original’, no el pecado, que nos hace viejos por dentro”.