Papa
«No estáis solos, espero visitaros en persona»
El Papa dirige una carta a los cristianos de Oriente Medio
No cabe duda de que uno de los temas que más preocupan al Pontífice argentino es la situación de los cristianos de Oriente Medio. Lo ha vuelto a poner de manifiesto dirigiéndoles ayer una extensa carta con motivo de la Navidad y con la que quiere mostrarles su cercanía y darles aliento en uno de los momentos más difíciles de su historia, en el que sufren la persecución de los terroristas del llamado Estado Islámico. Sobre este grupo extremista, Bergoglio dice en concreto que se trata de «una reciente y preocupante organización terrorista, de unas dimensiones nunca antes vistas que comete todo tipo de abusos y prácticas inhumanas».
En la misiva insta de nuevo a la comunidad internacional a hacer todos los esfuerzos por detener la violencia, «que ya ha causado demasiado daño». «No están solos», asegura Francisco a los cristianos, a los que anuncia también que «realmente espero tener la gracia de ir en persona a visitarlos y confortarlos».
El Papa, que guarda en su memoria los emotivos encuentros que ha mantenido este año con refugiados en Jordania y Palestina el pasado mayo y en Turquía en noviembre, cree que esta Navidad «para muchos de vosotros las notas de los villancicos estarán mezcladas con lágrimas». Pero también tiene un recuerdo especial por «otros grupos religiosos y étnicos» que padecen «las consecuencias de estos conflictos». Su pensamiento lo dirige sobre todo hacia «los niños, las madres, los ancianos, los desplazados y refugiados, los que pasan hambre, los que tienen que soportar la dureza del invierno sin un techo bajo el que protegerse». Pero además pide a los cristianos perseguidos que permanezcan «unidos a Dios», convencidos de que «ni la tribulación, la angustia o la persecución podrán separarnos de Él» y con la esperanza de que «la prueba que están atravesando fortalezca su fe y fidelidad». Compara el sufrimiento que padecen con el que han vivido los cristianos a lo largo de su historia y piensa también en las personas secuestradas, entre ellos algunos obispos ortodoxos y sacerdotes de diversos ritos.
Por otro lado, el Pontífice se alegra de las buenas relaciones entre las diversas Iglesias orientales católicas y las ortodoxas, así como entre los propios fieles. Cree que el sufrimiento que viven los cristianos «constituye una aportación inestimable a la causa de la unidad» y que se trata de un «ecumenismo de la sangre, que requiere abandonarse confiadamente a la acción del Espíritu Santo».
El mejor antídoto
No son ajenos a Francisco los continuos intentos por colaborar con personas de otras religiones, sobre todo con judíos y musulmanes, y el Papa subraya que «el diálogo interreligioso es tanto más necesario cuanto más difícil es la situación». Sobre este asunto afirma que «no hay otro camino» que «el diálogo basado en una actitud de apertura, en la verdad y el amor, es también el mejor antídoto contra la tentación del fundamentalismo religioso, que es una amenaza para los creyentes de todas las religiones».
El texto de Bergoglio finaliza llamando a los cristianos perseguidos «constructores de paz, de reconciliación y desarrollo» y les invita a promover el diálogo, construir puentes y a proclamar el evangelio de la paz, así como a «colaborar con todas las autoridades nacionales e internacionales». A los jóvenes y los ancianos les pide que no tengan miedo ni vergüenza de ser cristianos y que sean capaces de custodiar la memoria del pueblo.
«Exigencia» a los líderes religiosos
El Papa dice a los cristianos que «podeís ayudar a vuestros conciudadanos musulmanes a presentar con discernimiento una imagen más auténtica del Islam», pues ellos dicen que es «una religión de paz». Aunque cree que no sólo depende de esto el cese de la persecución, pues «exige por parte de los líderes religiosos una postura clara y valiente, para condenar unánimemente y sin rodeos esos crímenes, y denunciar la práctica de invocar la religión para justificarlos».