Cristianismo

«Yo quería ser carnicero»: las respuestas de Francisco a las cartas de los niños

«¿Qué querías ser cuando tenías mi edad?». Es la curiosa pregunta que Basia le escribe al Santo Padre y que éste responde. Todas están recogidas en el libro «Querido Papa Francisco».

Respuesta de Francisco a la pequeña Basia
Respuesta de Francisco a la pequeña Basialarazon

«¿Qué querías ser cuando tenías mi edad?». Es la curiosa pregunta que Basia le escribe al Santo Padre y que éste responde. Todas están recogidas en el libro «Querido Papa Francisco».

Los niños no hacen preguntas fáciles. Lo sabe el Papa Francisco, que se ha tenido que enfrentar a las cartas de 30 pequeños de entre seis y trece años de los cinco continentes y que recoge el libro «Querido Papa Francisco» (Mensajero), que saldrá a la venta en España a principios del mes de marzo. Le preguntan curiosidades, dudas que podrían alcanzar el calificativo de teológicas, por sus aficiones o por la profesión que soñaba desempeñar cuando tenía ocho años.

Precisamente, esta última demanda se refleja en la carta a la que ha tenido acceso en exclusiva LA RAZÓN, la de una niña polaca de ocho años llamada Basia y que viste en un dibujo al Papa de rojo con zapatos verdes. «Me gusta el verde», confiesa a Francisco sobre la hierba que ha dibujado. Sobre su colorido Papa, Basia pregunta: «Querido Papa Francisco, ¿es difícil tu profesión? ¿Le caías bien a la gente? ¿Qué querías ser cuando tenías mi edad?».

«Querida Basia, tengo que confesarte una cosa. A tu edad, yo quería ser carnicero. No, no te sorprendas ahora. ¿Sabes por qué?», responde Francisco. Con la misma naturalidad con la que se lo hubiera dicho en persona, Bergoglio le explica que este deseo nació de sus visitas con su abuela al mercado y del carnicero que allí trabajaba, «que era muy simpático conmigo». «Era grande y gordo y tenía un delantal largo con un bolsillo grande. Cuando mi abuela pagaba, él metía las manos en el bolsillo grande. Estaba lleno de dinero y daba el cambio a la abuela. Yo pensaba que era un hombre muy rico. Todo esto me impresionaba y yo quería ser como él. Es cómico, pero tenía que confesarte esta historia», concluye el Papa argentino, que cierra la respuesta con su firma manuscrita en latín: «Franciscus».

Las cartas, que incluyen dibujos de los pequeños, fueron entregadas al Pontífice por el jesuita Antonio Spadaron una calurosa tarde de agosto. A Francisco le tocaba entonces , con sus contestaciones, cumplir la segunda parte del hermoso proyecto que había puesto en marcha la editorial jesuita Loyola Press y que hoy ha tomado cuerpo en el citado libro, que en España y América Latina distribuye Mensajero, del Grupo de Comunicación Loyola.

A lo largo de sus páginas, los niños no sólo preguntan curiosidades sobre el Papa, también mencionan problemas que viven diariamente o cosas del mundo de los adultos que no entienden. Es el caso de Alexandra, una niña filipina de diez años: «Querido Papa Francisco, espero que leas mi carta. Te he querido ver desde la primera vez que supe de ti. Papa Francisco, ¿sabés por qué algunos papás y mamás discuten entre ellos?». Al lado de la pregunta, un prado verde en un día espléndido, con arcoíris incluido y dos personas: Alexandra y el Papa, que pasean de la mano. «Todos discutimos –responde Francisco–. Todos somos humanos. Yo también he discutido. Al vivir con otras personas siempre surgen problemas. No tienes que asombrarte de esto, es normal. (...) Tú también, estoy seguro, te peleas de vez en cuando con tus compañeros».

Tras esta exposición, el Papa le cuenta «una receta mágica» para resolver las peleas: «Que los padres nunca terminen el día sin hacer las paces. (...) En tu dibujo, salimos tú y yo, y sonreímos y hay un arcoíris que surge de las nubes, sale el sol... ¡esa es la paz! Si quieres ayudar a tus padres, te aconsejo sobre todo nunca hablar mal de papá a tu mamá y de tu mamá a tu papá».

Otras cuestiones son preguntas teológicas en lenguaje infantil. Por ejemplo, Maximus, de Singapur, preguntó al Papa «por qué Dios nos creó si sabía que íbamos a pecar contra él». «Libertad», es la respuesta de Francisco. «Porque Dios nos creó libres. La libertad es el don más hermoso que nos ha dado, ¿sabes eso?», añade.

En el libro, el primero en el que un Pontífice responde directamente a los niños, también se pregunta qué hacía Dios cuando todavía no había creado el mundo. La hizo Ryan, de ocho años y natural de Canadá; él dibujó a Jesús sobre la Tierra. «En la creación hay belleza, están la eterna ternura y misericordia de Dios. Dios comenzó a hacer algo cuando creó el mundo. Pero si te dijera que Dios no estaba haciendo nada antes de crear el mundo, me equivocaría. En realidad, Dios ha creado el tiempo, el antes y el después. Pero no quiero confundirte con estas palabras. Piensa en ello así: antes de crear, Dios amaba. Dios ama siempre. Dios es amor. Cuando Dios comenzó a crear el mundo estaba simplemente expresando su amor», explicó Francisco.

El padre Spadaro, que grabó las respuestas del Papa y luego las transcribió, destaca en el libro la «sencillez» de las respuestas del Papa tras hora y media de viaje por el mundo: «Él sentado en un sofá y yo en el sillón, nuestra imaginación no puede sino viajar a Canadá, Siria, China, Argentina, Albania... los lugares donde viven los niños, en sus bellos jardines o en los campos de refugiados. Lo vemos a través de sus dibujos. Al final, apago mis grabadoras». Feliz, el Papa Francisco, pensativo, añade: «Es maravilloso responder a las preguntas de estos niños, pero debería haberlos tenido conmigo aquí ¡a todos ellos!». Habría sido hermoso, apunta el sacerdote jesuita, pero también que el libro llegará a muchos de niños de todo el mundo que hablan idiomas diferentes: «Eso me hace feliz».