Coronavirus

El primer abrazo… en 2022

Expertos de la universidad de Harvard creen que será necesario mantener las medidas de distanciamiento social

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El coronavirus causante de la actual pandemia, el SARS-CoV-2, sigue guardando algunos de sus secretos más valiosos a la ciencia. Uno de los más importantes: ¿se trata de un coronavirus similar a su primo cercano el SARS-CoV-1 que causó los brotes de SARS en 2003? ¿O más bien se parece a sus primos más lejanos que provocan resfriados comunes cada año? Si es un coronavirus del tipo del SARS estaríamos ante una infección grave pero posiblemente pasajera. Si se parece a los coronavirus del resfriado común es posible que los brotes de la infección se repitan todos los inviernos hasta encontrar una vacuna para la mayor parte de la población.

Un estudio publicado por la revista «Science» ha tratado de dar respuesta a esta pregunta y, sobre todo, ha planteado a qué escenarios de recuperación nos enfrentamos en cada caso. En la peor de las alternativas, el SARS-CoV-2 nos va a obligar a mantener medidas más o menos estrictas de seguridad y distanciamiento social hasta el año 2022. Si eso es así, el primer abrazo que nos demos públicamente sin miedo aún tendrá que esperar un par de temporadas por lo menos.

El trabajo ha comparado el comportamiento de lo poco que conocemos del coronavirus actual con los de otros virus como SARS-CoV-1 y un par de microorganismos de nombres poco familiares (HCoV-OC43 y HCoV-HKU1) pero que seguro que le han visitado alguna vez en su vida: son los coronavirus que provocan el resfriado común, que afectan todos los años a millones de personas en el mundo de manera leve y contra los que no hay vacuna.

Estos agentes infecciosos se comportan de un modo muy estudiado: reaparecen cada temporada, se contagian muy fácilmente, provocan por lo general síntomas leves y la respuesta inmunitaria que activan en el ser humano es de corta duración. No provocan muchas muertes pero son una de las principales causas de baja laboral y de pérdidas económicas derivadas de la salud en el mundo. Investigadores de la Universidad de Harvard han contemplado la posibilidad de que el SARS-CoV-2 se comporte de manera similar.

La intención es observar cuándo estará inmunizada la cantidad suficiente de habitantes del planeta para considerar que la pandemia está controlada (como ocurrió con el SARS) en lo que se llama «inmunidad de rebaño». La respuesta es, en parte, descorazonadora. Si el coronavirus actual se parece mínimamente a sus primos del resfriado, la inmunidad de rebaño será muy difícil de alcanzar. A lo sumo, estaremos cerca de ella en el año 2022.

Modelos matemáticos

El trabajo ha tenido en cuenta modelos matemáticos que estiman la incidencia de Covid-19 en los próximos cinco años (con diferentes escenarios de tipología de virus y medios de control). El resultado depende considerablemente de si el virus entra o no en circulación ordinaria en nuestras sociedades, del tiempo de inmunidad natural que reciban las personas curadas y de si se trata de un virus al que afecten las condiciones climáticas o no.

Los autores advierten que su propuesta de varios escenarios solo pretende anticipar soluciones futuras y que ninguno de los escenarios tienen más probabilidad que otros de convertirse en realidad. Pero sí advierten que es muy posible que, hasta una vacuna, estemos condenados a varias oleadas de Covid-19 en los próximos años. Estaríamos ante un virus con un comportamiento similar al del resfriado pero con consecuencias mucho más graves. No produce millones de bajas laborales sino decenas de miles de muertos. Por eso, no se le puede combatir como a HCoV-OC43 y HCoV-HKU1. Si la hipótesis es correcta la alternativa es tener una vacuna cuanto antes o mantener medidas de distanciamientos al menos dos años más. Puede que del confinamiento salgamos antes de lo que esperamos, pero si el estudio de Harvard es confirmado, también puede que tengamos que vivir algo más separados unos de otros hasta el año 2022 con todo lo que ello significa.

El Covid-19 se puede contagiar dos días antes de tener síntomas

Los pacientes con Covid-19 pueden comenzar a eliminar o excretar el virus dos o tres días antes de que aparezcan los primeros síntomas, según un estudio publicado ayer en «Nature Medicine». Esta investigación incide en que varios factores pueden afectar la eficacia de las medidas de control diseñadas para prevenir la propagación del SARS-CoV-2, como son el tiempo entre casos sucesivos en una cadena de transmisión y el período entre la exposición a una infección y la aparición de síntomas (período de incubación). Si el intervalo en serie es más corto que el período de incubación, esto indicaría que la transmisión puede haber ocurrido antes de que se desarrollen síntomas evidentes. Como resultado, las medidas de control que se ejecutan cuando aparecen los síntomas pueden tener un efecto reducido en el control de la propagación de la infección. Informa B. T.