Coronavirus

Coronavirus

La desescalada sin control provocaría un brote mortal

Nuevo informe sobre los efectos del desconfinamiento en Italia: El aumento de fallecidos podría ser mayor que en la primera oleada

Poca distancia de seguridad ayer en una larga fila de espera para entrar en un mercado de la calle Bravo Murillo de Madrid
Poca distancia de seguridad ayer en una larga fila de espera para entrar en un mercado de la calle Bravo Murillo de MadridLuis DiazLa Razón

Italia se debate estos días entre mantener el plan de desconfinamiento elaborado por el Gobierno o anticipar algunas medidas. Finalmente, habrá una desescalada asimétrica, ya que la mejor situación epidemiológica en el sur permitirá reabrir antes algunos negocios. El ministro de Asuntos Territoriales, Francesco Boccia, confirmó ayer que en las regiones con un menor índice de contagios podrán volver a la actividad peluquerías, bares y restaurantes (ahora solo sirven comida y bebida para llevar) el 18 de mayo y no el 1 de junio, como había decretado el Ejecutivo en sus líneas maestras para todo el país. Calabria incluso quiso adelantarse abriendo los bares antes de tiempo, aunque la Justicia invalidó esta decisión. Los expertos que asesoran al Gobierno y la OMS repiten que las prisas podrían devolver al país a la casilla de salida. Y ahora un estudio del Imperial College de Londres cuantifica en qué podría traducirse un desconfinamiento desordenado.

Una imagen análoga, también tomada ayer, en Roma: varias personas compran en el mercado Boccea Urbano II de la capital italiana
Una imagen análoga, también tomada ayer, en Roma: varias personas compran en el mercado Boccea Urbano II de la capital italianaANSA/MASSIMO PERCOSSIEFE

La Universidad británica, que está siguiendo de cerca la evolución del coronavirus, ha elaborado un informe en el que plantea tres escenarios hipotéticos: uno con una movilidad idéntica a la de la cuarentena, otro con un incremento del 20% y un último en el que haya un 40% más de desplazamientos. Se trata, sin embargo, de un futuro muy irreal, porque los cálculos elaborados se basan en unas condiciones idénticas a las que existían antes del confinamiento. Es decir, un mundo en el que nadie llevara mascarillas, hubiera contacto físico entre personas, no se respetara el distanciamiento social ni se tomaran medidas de precaución. En ese muy improbable caso, los peores pronósticos podrían provocar hasta 23.000 muertos más, con un crecimiento del 40% de la movilidad. Siempre bajo este parámetro del 40%, el cálculo más conservador añadiría 10.000 fallecidos más a la cuenta. Con un 20% de movimientos añadidos, las nuevas víctimas mortales serían entre 3.000 y 5.000.

En cualquiera de las hipótesis el epicentro no volvería a estar en Lombardía, como ha sucedido hasta ahora, sino que las regiones más golpeadas serían Piamonte, Véneto y Toscana. Y esto se debe a que el índice R0, que indica el número de personas que ha infectado un contagiado, es mayor en estas zonas. En Lombardía, pese a concentrar la mitad de los casi 30.000 fallecidos que se han registrado el todo el país, este índice es ahora más bajo. Con todo, el estudio del Imperial College sostiene que estamos muy lejos de la llamada inmunidad de grupo y recomienda ampliar el número de pruebas y la trazabilidad de los contactos. «Nuestras estimaciones están basadas en unas condiciones muy pesimistas, ya que estaríamos presuponiendo que la movilidad se recupere de modo uniforme, no tiene en cuenta las intervenciones farmacéuticas o el aislamiento de futuros positivos», se puede leer en sus conclusiones. Este estudio, que es el vigésimo de los que publica esta prestigiosa institución educativa británica especializada en disciplinas técnicas, aparece firmado por más de 60 investigadores y es producto de la colaboración de su departamento de matemáticas con el Centro de Modelos de Enfermedades Infecciosas de la Organización Mundial de la Salud y el centro de Analisis de Enfermedades y Emergencias del Instituto Abdul Latif Jameel. «El Covid-19 ha sido controlado con éxito en toda Italia pero el virus sigue en circulación y la epidemia no ha acabado», ha dicho al respecto la doctora Ilaria Dorigatti, de la Escuela de Salud Pública del Imperial College y una de los autores del informe.

Más muertos y contagiados

Se trata, por tanto, más de una llamada de atención que de un futuro inmediato plausible. Aunque ayer esas alarmas volvieron a sonar con un nuevo incremento en el número de muertos. Italia sufrió un repunte significativo, con 369 fallecidos más en las últimas 24 horas, que elevan la cifra total hasta 29.684. Y, además, también volvieron a crecer los contagiados, con 1.444 nuevos casos. Las cifras oficiales reflejan un incremento récord de 8.000 personas curadas en un día, aunque los datos son irreales, ya que se deben a un reajuste en la región de Lombardía, que incluyó en el balance del miércoles a recuperados de los últimos días. Baja el número de enfermos, pero todavía los expertos en Italia no se fían.

Pese a haber entrado ya en la llamada fase de «convivencia con el virus», con la vuelta de la industria, las visitas a familiares y parejas o la reapertura parcial de la hostelería, el movimiento en las calles continúa a medio gas. El número de desplazamientos ha crecido significativamente desde la pasada semana, se aprecia un cambio en la mentalidad de los italianos, pero todavía algunas zonas continúan semidesiertas. En los bares se quejan de la falta de clientela, pese a que la mayoría han abierto con servicio para llevar. El debate político continúa cuestionándose si es mejor acelerar o permanecer a la espera, mientras los italianos parecen oscilando en la misma disyuntiva.