Covid-19

¿Cuántas veces hay que renovar el aire en clase?

Hay que hacerlo un mínimo de cinco veces en aulas de 100 metros cuadrados con 25 estudiantes, según recoge la guía publicada por el CSIC

La guía recomienda 5-6 renovaciones de aire por hora para aulas de 100 metros cuadrados, con 25 estudiantes
La guía recomienda 5-6 renovaciones de aire por hora para aulas de 100 metros cuadrados, con 25 estudiantesPixabay

La ventilación necesaria para reducir el riesgo de contagio del SARS-CoV-2 depende del volumen de la sala, el número y la edad de los ocupantes, la actividad realizada, la incidencia de casos en la región y el riesgo que se quiera asumir. Con el fin de ayudar a minimizar el riesgo de brotes, investigadores del CSIC y técnicos de la Asociación Mesura han elaborado una guía que da las pautas sobre cómo debe ser la ventilación en las aulas. El documento establece las recomendaciones para que la ventilación y la purificación del aire sea eficaz según el volumen de la sala, el número y la edad de los ocupantes, la actividad realizada y la incidencia de casos en la región. Además, proporciona las herramientas para determinar si las condiciones de ventilación alcanzadas son adecuadas. Así, esta guía sigue las recomendaciones de la guía de la Universidad de Harvard, que recomienda 5-6 renovaciones de aire por hora para aulas de 100 metros cuadrados, con 25 estudiantes de 5-8 años. Esto equivale a unos 14 litros por persona y segundo.

“La ventilación es la renovación de aire, es decir, sustitución del aire interior potencialmente contaminado, con aire exterior libre de virus. Y la purificación del aire consiste en la eliminación de las partículas en suspensión, susceptibles de contener virus”, aclara la investigadora María Cruz Minguillón, que ha elaborado la guía junto al investigadorXavier Querol, ambos del IDAEA-CSIC, y con la colaboración deJosé Manuel Felisi y Tomás Garrido, de la Asociación Mesura.

Los investigadores indican en la guía que la reducción del riesgo de contagio se consigue disminuyendo la emisión y la exposición a las partículas en suspensión, también llamadas aerosoles, susceptibles de contener virus, que se pueden acumular. La exposición a este aire puede derivar en infecciones. La emisión se puede reducir mediante: la disminución del número de personas en el aula; el silencio, o con volumen de habla bajo (hablar alto o gritar incrementa la emisión 300 veces); y el uso de mascarilla bien ajustada. Y la exposición se puede reducir mediante: uso de mascarilla bien ajustada; reducción del tiempo de exposición; aumento de la distancia interpersonal; y ventilación o purificación del aire para eliminar o reducir la concentración de virus en el aire.