Alimentación

Comer pescados grasos y nueces reduce el riesgo de muerte después de sufrir un ataque cardíaco

Una nueva investigación confirma que la combinación del Omega-3 marino y el vegetal protege la salud cardiovascular

Comer alimentos ricos en antioxidantes y ricos en Omega 3 ayuda a mantener las conexiones neuronales en forma
Comer alimentos ricos en antioxidantes y ricos en Omega 3 ayuda a mantener las conexiones neuronales en formaLeigh BeischArchivo

La alimentación resulta clave para mantener un buen estado de salud cardiovascular. Esta idea ha vuelto a quedar demostrada con un nuevo estudio publicado en la revista científica Journal of the American College of Cardiology (JACC), que confirma que el consumo regular de alimentos ricos en ácido eicosapentaenoico Omega-3 (EPA) como los pescados grasos, así como ácido alfa-linolénico Omega-3 (AAL), que se encuentra en alimentos vegetales como las nueces, se asocia con un menor riesgo de muerte en personas que sufrieron un ataque cardíaco. Además, el mayor beneficio fue proporcionado por el consumo de ambos, AAL y EPA, lo que sugiere un efecto sinérgico y cualidades protectoras únicas al consumirse ambos tipos de Omega-3.

Estos resultados son alentadores teniendo en cuenta que las enfermedades cardiovasculares causan 17,9 millones muertes al año en todo el mundo y que en España constituyen la primera causa de muerte con 120.859 defunciones anuales, es decir, más del 28% del total.

El Dr. Aleix Sala-Vila, uno de los investigadores principales del estudio e investigador asociado del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y del Centro de Investigación Barcelonaβeta, explica que “los infartos siguen siendo muy habituales y, aparte de los tratamientos para mantener al paciente vivo, los investigadores han estado explorando enfoques para asegurar la calidad de vida del paciente después del ataque cardíaco. Lo novedoso de esta investigación es que muestra que el AAL y EPA parecen ser socios y aliados en la mejora de los resultados a largo plazo de quienes sufren un ataque cardíaco. El consumo de Omega-3 tanto marino como vegetal, de alimentos como el salmón, las nueces y la linaza, parece ofrecer la mayor protección”.

Detalles de la investigación

El estudio observacional apoyado por el artículo “A Revolution in Omega-3 Fatty Acid Research” (Revolución en la investigación de ácidos grasos Omega-3), de la revista científica JACC, incluyó a 944 participantes que experimentaron un ataque cardíaco muy grave en el que se bloqueaba una de las arterias principales del corazón. Los médicos se refieren a este como infarto al miocardio con elevación del segmento ST (IMEST). A los pacientes de este estudio, cuya edad media era de 61 años y el 78% eran hombres, se les extrajo sangre durante el ingreso hospitalario. Posteriormente, los investigadores determinaron el nivel de Omega-3 en su sangre, una forma confiable de establecer la ingesta de Omega-3 durante las semanas previas al ataque cardíaco.

A continuación, exploraron si aquellos con niveles más altos de Omega-3 en sangre en el momento del ataque cardíaco tenían un menor riesgo de sufrir complicaciones durante un período de seguimiento de tres años. Específicamente, los investigadores encontraron que aquellos que mostraban niveles más altos de AAL en sangre tenían un menor riesgo de mortalidad por todas las causas durante tres años. Además, aquellos con niveles más altos de EPA tenían un menor riesgo de muerte o menor necesidad de readmisión en el hospital por razones cardiovasculares.

Pescados grasos y nueces

Las bondades de los pescados azules grasos, así como las de las nueces han sido reconocidas durante mucho tiempo como un alimento saludable para el corazón. Así lo respaldan más de 30 años de investigación que muestran resultados positivos relacionados con la salud cardiovascular, como el colesterol, la presión arterial, la inflamación, la función endotelial y la formación de placa. De hecho, las nueces son el único fruto seco con una excelente fuente de AAL Omega-3, que aporta 2,7 gramos por porción de 30 gramos de nueces. Los resultados de este estudio no prueban causa y efecto por lo que se necesita investigación adicional para determinar si la ingesta de EPA y AAL contribuyó específicamente a los resultados, o si otros factores como el nivel socioeconómico, la educación y tratamientos farmacológicos también tuvieron un efecto.