La detección temprana del cáncer de próstata salva vidas, aumenta la calidad de vida de los pacientes con cáncer de próstata y disminuye los costes de los sistemas de salud financiados con fondos públicos. A nivel mundial, los hombres mueren, en promedio, seis años más jóvenes que las mujeres por razones que se pueden prevenir en gran medida. Uno de los principales motivos es que muchos hombres siguen mal informados sobre su salud. Si se realiza correctamente, la detección temprana del cáncer de próstata puede desempeñar un papel importante en la mejora de la comprensión de los hombres sobre su salud, como parte de un proceso de toma de decisiones informadas con los profesionales de la salud.

La decisión de realizar una prueba de PSA depende de muchos factores, entre ellos: la política del médico o del hospital o las políticas sanitarias nacionales del país. La edad y la historia familiar son siempre cruciales. La principal ventaja de la prueba de PSA es que los hombres con mayor riesgo de padecer cáncer de próstata tienen más probabilidades de recibir un diagnóstico temprano y pueden necesitar un tratamiento menos agresivo. Los estadios tempranos de este cáncer son en su mayoría asintomáticos, pero pueden curarse fácilmente con consecuencias menos severas y a un precio más bajo (80% más barato que el tratamiento del cáncer de próstata avanzado tardío). La detección temprana de los tumores significa que se produce menos daño al esfínter uretral (incontinencia) y a los nervios erectores (disfunción eréctil) en caso de tratamiento quirúrgico y no hay necesidad de tratamiento hormonal en caso de radioterapia.

El cáncer avanzado es menos susceptible de curación, con más complicaciones funcionales y puede llegar a ser metastásico y resistente a la castración. El tratamiento de esta etapa de la enfermedad es extremadamente costoso, sólo para prolongar la vida en un promedio de dos años con una mala calidad de vida.

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