Sociedad

Prevención

Los últimos retos del cribado de cáncer de pulmón

Demostrada científicamente su eficacia, los expertos no dudan de que se acabará aplicando

El TAC de baja dosis es la prueba con la que se realiza el cribado de este tipo de cáncer
El TAC de baja dosis es la prueba con la que se realiza el cribado de este tipo de cáncerSandra R. PovedaSandra R. Poveda

Los expertos lo tienen claro: el cribado de cáncer de pulmón reduce las muertes por este tumor. Así lo prueba la evidencia científica disponible hasta el momento. Los últimos «escollos» por superar para su implantación pasan por la identificación de la población de riesgo a la que dirigirlo y, sobre todo, la asignación de recursos.

De la importancia de su detección precoz, la necesidad de establecer un programa de «screening» en España y de la nueva evidencia que avala el coste-efectividad del mismo han hablado con A TU SALUD tres grandes expertos en el tema como son los doctores Luis Paz-Ares, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario 12 de Octubre, de Madrid, y presidente de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (Aseica); Bartomeu Massuti, jefe del Servicio de Oncología del Hospital General de Alicante y secretario del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP); y Laureano Molins, jefe del Servicio de Cirugía Torácica del Hospital Clínic de Barcelona y coordinador nacional de la Lung Ambition Alliance en España, que tiene como uno de sus objetivos eliminar el cáncer de pulmón como causa de muerte.

«En los últimos 15 años han surgido varias evidencias científicas que prueban su eficacia, pero hay dos que han cambiado el panorama. Una, un estudio estadounidense, publicado en 2011 y con 53.000 pacientes, que demuestra que, si a las personas con factores de riesgo importantes –hábito tabáquico alto, una caja al día durante al menos 15 años y una edad de entre 55 y 75 años– se les hace un TAC de baja radiación una vez al año se eleva la detección del número de casos de cáncer de pulmón en estadios precoces y, además, disminuye la mortalidad un 20% frente a no hacerlo», cuenta Paz-Ares.

«Posteriormente, en 2019, se publicaron los resultados del estudio europeo Nelson que evidenció que hacer TACs de baja dosis reduce el riesgo de muerte a 10 años un 26% en varones y un 39% en mujeres, lo que indica una mayor magnitud en el impacto de esta medida que en el trabajo americano. Además, pone de manifiesto que no es necesario repetir la prueba cada año y abre el intervalo entre TACs y añade factores de riesgo como padecer enfisema», prosigue.

Coste eficacia

«Desde el punto de vista de reducir las muertes por cáncer de pulmón el cribado ha demostrado resultados de evidencia científica. Lo que está por ver es si es coste eficiente. El debate viene por la asignación de recursos», explica Massuti. Sobre si se trata de una intervención coste eficaz Molins lo tiene claro: «Hacer un TAC vale 80 euros, lo que puede parecer caro. Pero nosotros publicamos un artículo, en 2016, según el cual el tratamiento de los pacientes con cáncer de pulmón a los que se les dio quimioterapia era un gasto muy superior al de aquel al que se le operaba. En el momento es un gasto la operación, pero es que luego un 90% va a vivir. En cambio, el otro paciente, el que se ha tratado y no se ha podido operar, ha costado mucho y hemos conseguido que viva una media de 25-30 meses, pero acabará falleciendo. Entonces, has hecho un gran gasto para no haber aumentado la supervivencia», asegura.

Otras cuestiones aún por depurar que apunta el presidente del GECP son «por una parte el problema de los falsos positivos así como la identificación de la población de riesgo. Para ello necesitamos un criterio individualizado y específico, no nos vale el de otros cribados».

La buena noticia es que el pasado 15 de septiembre la ministra de Sanidad aseguró estar estudiando la «factibilidad» de la puesta en marcha de programas de cribado de cáncer de pulmón «de la mano de la evidencia científica». Una noticia que fue recogida con alborozo por los expertos dado que, como todos señalan, en el Plan del Cáncer no sólo no se hacía mención a la posibilidad de implementar uno, sino que recomendaba no hacer «screening». Y aunque ya hay fecha para algunas iniciativas, como el programa piloto Cassandra, que es el génesis del cribado español, «hay que ver aún cómo se financia y cómo avanza. También que las administraciones se comprometan», puntualiza el Dr. Paz-Ares.

En tres años el cribado podría ser una realidad: «A lo largo de 2022 es deseable que empiece algún piloto y que en 2023-24 se tengan análisis que permitan analizar la coste-efectividad y rendimiento de un programa así», estima Massuti. Algo más de tiempo calcula Paz-Ares que se demorará, aunque no duda de que finalmente llegará si bien «todavía quedan entre tres o cinco años, que es lo que tardarán en salir los resultados de efectividad».

Las cifras

El cáncer de pulmón causa 1,8 millones de muertes al año en el mundo y conlleva la mayor carga económica de todos los tumores, con un coste de 18.800 millones de euros al año solo en Europa. En España se diagnostican en torno a 29.000 nuevos casos cada año. Esta neoplasia destaca entre los tumores con peor pronóstico debido tanto a su agresividad como a la dificultad que entraña realizar un diagnóstico precoz y la mayoría de los casos se detecta cuando el tumor no se puede operar, lo que conlleva uno de los peores datos de supervivencia.