Oncología

«El cribado precoz es clave para avanzar en la curación del cáncer»

►El Instituto Valenciano de Oncología destina todos sus esfuerzos a combatir esta enfermedad

Dr. Tomás Quirós
Dr. Tomás QuirósIVOIVO

El cáncer es uno de los problemas sanitarios de mayor envergadura en España. Tal y como reflejan los datos del Global Cancer Observatory (GCO), en 2021 se diagnosticó esta enfermedad a 276.239 personas en nuestro país, lo que representa una media diaria de 757 nuevos casos. Entre los de mayor incidencia entre ambos sexos destaca el cáncer colorrectal, el de próstata, el de mama y el de pulmón. Este último es, a día de hoy, la principal causa de mortalidad por neoplasia en nuestro país entre hombres y mujeres. Desde hace más de 45 años, el Instituto Valenciano de Oncología (IVO), destina todos sus esfuerzos –materiales y humanos– a combatir esta enfermedad desde todas sus vertientes: prevención, diagnóstico, tratamiento, investigación y docencia.

El centro valenciano, reconocido por segundo año entre los 50 mejores del mundo por la prestigiosa revista «Newsweek» atendió en 2021 alrededor de 29.000 pacientes. De ellos, 6.009 fueron nuevos afectados y 22.525 prevalentes, es decir, que están en proceso de tratamiento o seguimiento. Por tipo de tumores, se trataron 663 malignos de mama, 972 tumores del aparato urinario y genital masculino, 573 del aparato respiratorio y 491 tumores del aparato digestivo.

Más tasas de supervivencia

Aunque su incidencia crece cada año –se estima que en 2040 se incremente en España en un 50%– los expertos constatan también un importante descenso de la tasa de mortalidad gracias a los avances en el campo de la investigación y a los programas de prevención. Evitar la aparición de un tumor o su diagnóstico en etapas tempranas representa «la piedra angular a la hora de alcanzar altas tasas de supervivencia», reconoce el director médico del IVO, el doctor Tomás Quirós.

Por ello, los expertos no se cansan de repetir que la mejor forma de curar el cáncer es su prevención y detección en fases tempranas. «Cuanto más pequeña sea la enfermedad, menor probabilidad de diseminación a distancia y por ello, mayor supervivencia». Algo que está en nuestras manos a través de la autoexploración –mamaria, bultos, manchas o lunares etc.– y en la de los profesionales a través de los programas de cribados que cada año salvan miles de vidas. «Un ejemplo sería el diagnóstico precoz con la mamografía y el cáncer de mama. Conseguimos diagnosticar tumores de pequeño tamaño con una técnica diagnóstica que tiene un alto impacto en la supervivencia de las pacientes. Y no solo eso, el diagnóstico en fases incipientes supone además cirugías menos agresivas y más conservadoras, menos mastectomías y evitar terapias de mayor toxicidad como es la quimioterapia», asegura el doctor Quirós.

El impacto en la tasa de supervivencia es claro en todos los tumores en los que se desarrollan programas de prevención secundaria como cribados: «Hablamos de una tasa de supervivencia del 90-95% a cinco años, frente a tasas del 50-70% en tumores diagnosticados en fases avanzadas», asegura el especialista. «Y no solo impacta en la supervivencia, sino que supone además un impacto positivo en la calidad de vida del paciente, ya que el diagnóstico precoz supondrá en la mayoría de los casos cirugías y tratamientos menos agresivos, lo que también supondrá un menor consumo de recursos y poder emplearlos en otras terapias o campos necesarios, es lo que conocemos como el coste-oportunidad».

Buen ejemplo de la eficacia de la estrategia de diagnóstico precoz es que las mamografías detectan cada año el 90% de los tumores de seno. Así, los programas de diagnóstico precoz van dirigidos a tumores de alta prevalencia en los grupos de edad donde su incidencia resulta mayor: «Lo vemos en el cáncer de mama y la mamografía, en el tumor de cérvix con las citologías, en el de colon con la detección de sangre oculta en heces y en el cáncer de próstata con el análisis del antígeno prostático específico (PSA)».

Técnicas de imagen

Algunos países empiezan a incorporar nuevas técnicas de imagen para otro tipo de tumores. Un ejemplo es el cáncer de pulmón y la tomografía axial computarizada (TAC) en personas con antecedentes de tabaquismo: «La realización de un TAC de baja dosis, menor radiación acumulada a largo plazo frente a un TAC habitual, en este perfil de personas permite el diagnóstico de un mayor porcentaje de cánceres de pulmón en estadios muy iniciales cuya supervivencia a cinco años ronda el 90-95%», subraya el doctor Quirós.

En el caso del IVO, el centro oncológico valenciano cuenta desde 1982 con una Unidad de Diagnóstico Precoz, orientada a la detección de los tumores en etapas iniciales. En 2021 esta unidad atendió a cerca de 25.000 pacientes en sus programas de diagnóstico precoz de cáncer de mama, cérvix y próstata. Estos sistemas de cribado «son fundamentales para avanzar hacia la curación de esta enfermedad, ya que detectan los tumores en etapas más tempranas donde la curación tiene más posibilidades», concluye el doctor Quirós.