Entrevista

«Necesitamos ayuda gubernamental para atender la menopausia»

Javier Carpintero, director general de Theramex, y Carmen Pingarrón, jefa de Servicio de Ginecología Hospital QuirónSalud San José

La doctora Carmen Pingarrón y el director de Theramex, Javier Carpintero
La doctora Carmen Pingarrón y el director de Theramex, Javier CarpinteroJesús G. FeriaLa Razon

Son una de las pocas compañías especializadas en salud de la mujer. ¿Qué áreas tratan?

Javier Carpintero: Actualmente tratamos áreas como menopausia, anticoncepción y fertilidad. Estamos entrando en el de la endometriosis y estamos también muy fuertes en el de osteoporosis, que es una enfermedad de la que el 72% de los afectados son mujeres en España.

¿Tienen previsto hacer algún lanzamiento en 2022?

J.C.: Permanentemente buscamos nuevas soluciones terapéuticas para la mujer. Tenemos tratamientos personalizados para todas las etapas de su vida. Para ello entendemos que no podemos ir solo con los fármacos clásicos de prescripción, sino que cada vez más recurren a productos naturales que se dispensan directamente en farmacias y que no son exactamente fármacos. Theramex no puede quedar al margen de esto, con lo cual vamos a dar solución también a esas mujeres que están buscando soluciones más naturales y lo haremos a partir de este mismo año con el lanzamiento de Femarelle el mes que viene para la menopausia.

La reforma de la Ley de salud reproductiva y sexual de la mujer recoge que Sanidad volverá a financiar las píldoras anticonceptivas de última generación. ¿Cómo valoran la medida?

Carmen Pingarrón: A mí me encantaría que se ampliara a su vademécum y se financie todo lo que se pueda financiar, sobre todo los fármacos de última generación porque es triste que, a día de hoy, lo financiado generalmente sea lo más antiguo y, además, está bastante restringido. Entonces, si hay la oportunidad de financiar las mejores cosas, las más modernas, actualizadas y mejores, en definitiva, sería estupendo.

En ella también se habla de la baja menstrual, pero no se dice nada de la menopausia...

J.C.: Hoy, a diferencia de hace 50 años, cada vez más mujeres se incorporan al entorno laboral. No deberíamos aceptar que síntomas menopáusicos les incapaciten realizar su trabajo ni su rutina diaria. Ahí necesitamos soluciones farmacológicas y un respaldo gubernamental detrás para financiarlo y facilitar las cosas a la mujer.

¿Por qué sigue siendo la menopausia un tema tabú?

J.C.: Es importante empoderar a la mujer, que conozca sus síntomas, sepa identificarlos y manifestarlos y tomar la decisión de tratamiento más adecuada, para ello es crítico la concienciación. Esta será la única forma de evitar que sea un tabú. Esto no lo va a hacer una compañía, ni siquiera las sociedades médicas que se han volcado contra la hormonofobia. Hemos dejado de tratar en España desde el 2002, prácticamente a las mujeres que lo necesitan con terapia hormonal. Tenemos actualmente menos de un 3% de mujeres en edad perimenopáusica tratadas con ella cuando en Reino Unido estamos hablando de que son alrededor de un 25- 30%,. Tenemos que dar un salto enorme y eso no lo puede hacer, cómo lo están intentando sociedades médicas como la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia y otras. Pero no llegamos. Ni las compañías, por un lado, ni las sociedades médicas. Necesitamos ayuda real de las personas que gobiernan tanto en las comunidades como a nivel nacional.

C.P.: Sí, estableciendo programas de ayuda a la menopausia. Ahora plantean lo de la regla, pero efectivamente, es mucho más dramático el tema de la menopausia donde la mujer sufre sofocos, insomnio, irritabilidad... toda una serie de síntomas que, al final acaban incapacitando su vida. Y, además no tienen esa idea de recurrir a la consulta médica. Y, cuando lo hacen, además, tienen una información en contra de la terapia hormonal, con lo cual tampoco se quieren tratar y salvo que el profesional, sea muy insistente y ponga mucho de su voluntad en explicar y en intentar convencerla de que es algo bueno para ella, va a ser complicado el que salgan tratadas. Y van a pasar al final ese tercio último de su vida, que podría pasarlo de una forma agradable, buena, como han pasado el resto de su vida, acompañando sus síntomas o mejorándolos, lo van a pasar de mala manera, y abocadas a acabar sufriendo osteoporosis.

¿Ha cambiado la percepción en nuestro país en los últimos años sobre la terapia hormonal?

C.P.: Estamos intentando que cambie. Es verdad que tras aquel estudio tan negativo que se publicó hace años, hubo luego una rectificación en la revista médica «Lancet», hace tres años, de los propios autores pidiendo perdón por los errores que cometieron en el planteamiento del mismo y concluyeron que no estaba bien planteado, que no estaba bien realizado y que había hecho muchísimo daño tanto a las mujeres, que las había dejado una década sin tratamiento, como a los ginecólogos, que pasaron de poner terapia hormonal a todo el mundo a no ponérsela a nadie. Y a día de hoy, todavía estamos pagando sus platos rotos desde la Ginecología y la Medicina de Familia.

¿Qué ventajas aporta?

C.P.: Ventajas todas. Cuando llega la menopausia es como si te pusieran un velo gris a la vida. Hay tres síntomas principales: los sofocos, los síntomas de atrofia vulvovaginal, (que llevan a la sequedad vaginal y a la dificultad en las relaciones sexuales), y las fracturas osteoporóticas. Pero todo esto se acompaña de insomnio y falta de descanso, irritabilidad, aumento de peso, 7 kg de media, síndrome metabólico... Es decir, la vida de la mujer se altera por completo. Ahora, con las nuevas terapias, disponemos de hormonas más naturales que no van a tener ni efectos secundarios, ni necesidades especiales de control, y es muy importante el no tener que hacer ninguna prueba específica de control de ese tratamiento hormonal porque sabemos que no va a producir daños. No tienen que tener miedo a tomarlo, ni por el cáncer de mama, ni por el riesgo tromboembólico.