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Dan con una terapia que mejora la función cognitiva en pacientes con síndrome de Down

Según un prometedor estudio publicado en “Science”, la terapia con hormona liberadora de gonadotropina mejoró la función cognitiva y la conectividad cerebral, pero no la capacidad olfativa

Reportaje Sindrome Down
Reportaje Sindrome DownAlberto R. RoldánLa Razón

Se estima que en España viven unas 34.000 personas con síndrome de Down, y unos seis millones en el mundo. La trisomía 21 afecta aproximadamente a uno de cada 800 nacimientos y provoca una variedad de manifestaciones clínicas, incluida la disminución de la capacidad cognitiva.

Con la edad, el 77% de las personas con la afección experimentan síntomas similares a los de la enfermedad de Alzheimer. La pérdida gradual de la capacidad de oler, típica de las enfermedades neurodegenerativas, también se encuentra comúnmente desde el período prepuberal, con posibles déficits de maduración sexual que ocurren en los hombres.

Con el fin de mejorar la función cognitiva de un pequeño grupo de pacientes con síndrome de Down, un equipo del Inserm del laboratorio Lille Neuroscience & Cognition y del Hospital Universitario de Lausanne han unido sus fuerzas para probar la eficacia de la terapia de inyección de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH).

Los resultados del estudio, publicado hoy en “Science”, son prometedores: la terapia mejoró la función cognitiva y la conectividad cerebral.

¿Por qué esta técnica?

Porque descubrimientos recientes han sugerido que las neuronas que expresan la hormona liberadora de gonadotropina, conocida por regular la reproducción a través del hipotálamo, también podría actuar en otras regiones del cerebro con un papel potencial en otras funciones, como la cognición.

Con esta idea en mente, primero, los científicos revelaron una disfunción de las neuronas GnRH en un modelo animal de síndrome de Down (ratones) y su impacto en el deterioro de la función cognitiva asociado con la afección.

En concreto, demostraron que cinco cadenas de microARN que regulan la producción de esta hormona, que se encuentran en el cromosoma 21, son disfuncionales. Estos hallazgos se confirmaron tanto a nivel genético como celular. Los científicos de Inserm pudieron demostrar que las deficiencias cognitivas y olfativas progresivas observadas en los ratones estaban estrechamente relacionadas con la secreción disfuncional de GnRH.

Luego, probaron la terapia de inyección de GnRH en roedores con síndrome de Down y demostraron, después de 15 días, que esta terapia restaura las funciones cognitivas y olfativas en ellos.

El siguiente paso implicó un ensayo clínico piloto en pacientes para evaluar los efectos de este tratamiento.

Siete hombres con síndrome de Down, entre 20 y 50 años de edad, recibieron una dosis subcutánea de GnRH cada dos horas durante seis meses.

Se realizaron pruebas cognitivas y olfativas, así como exámenes de resonancia magnética antes y después del tratamiento.

Desde el punto de vista clínico, el rendimiento cognitivo aumentó en 6 de los 7 pacientes con mejor representación tridimensional, mejor comprensión de instrucciones, mejor razonamiento, atención y memoria episódica.

Sin embargo, el tratamiento no tuvo impacto en la capacidad de oler.

Estas medidas para mejorar las funciones cognitivas fueron confirmadas por imágenes cerebrales realizadas por el Departamento de Neurociencias Clínicas del Hospital Universitario de Lausanne, que revelaron un aumento significativo en la conectividad funcional.

Estos datos sugieren que el tratamiento actúa sobre el cerebro al fortalecer la comunicación entre ciertas regiones de la corteza.

El siguiente paso: un estudio más grande con mujeres

“El mantenimiento del sistema GnRH parece desempeñar un papel clave en la maduración del cerebro y las funciones cognitivas”, explica Vincent Prévot, director de investigación de Inserm, en un comunicado.

“En el síndrome de Down, la terapia de GnRH pulsátil parece prometedora, especialmente porque es un tratamiento existente sin efectos secundarios significativos”, añade Nelly Pitteloud, profesora de la Facultad de Biología y Medicina de la Universidad de Lausana.

Estos hallazgos prometedores ahora justifican el lanzamiento de un estudio más grande, con la inclusión de mujeres, para confirmar la eficacia de este tratamiento en personas con síndrome de Down, pero también para otras afecciones neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer.