Estudio

Mayor riesgo de depresión por comer ultraprocesados

Desde hace décadas se sabe que consumir precocinados, bollería industrial, carnes procesadas etc. está relacionado con consecuencias negativas para la salud. Pero una investigación española liga su consumo a la depresión y a cambios de volumen en los circuitos cerebrales

Adictos a los alimentos ultraprocesados
Bebidas, productos azucarados y lácteos, los ultraprocesados más ingeridosDreamstimeDreamstime

Desde hace décadas se sabe que consumir bebidas azucaradas, precocinados, bollería industrial, carnes procesadas, galletas, postres, dulces, cereales refinados, pizzas, snaks etc. está relacionado con consecuencias negativas para la salud, como un mayor riesgo de padecer diabetes, obesidad o cáncer colorrectal. Pero estudios más recientes señalan otra desventaja de los alimentos ultraprocesados para la salud: su impacto en el cerebro.

Una nueva investigación española publicada en "Journal of Affective Disorders" va más allá y liga el consumo de ultraprocesados a los síntomas depresivos y a cambios de volumen en los circuitos cerebrales.

En concreto, el estudio liderado por el Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciber) y el Instituto de Investigación Biomédica de Gerona Dr. Josep Trueta vincula directamente la comida ultraprocesada con la depresión, el volumen de sustancia gris del circuito cerebral en la amígdala y las regiones frontales.

Se trata de las regiones cerebrales implicadas en procesar la recompensa y monitorizar el conflicto, aspectos esenciales en la toma de decisiones, incluyendo las alimentarias.

El estudio, en el que participan 152 personas adultas, también destacó la mediación de la cantidad de glóbulos blancos en la asociación entre el consumo de ultraprocesados y los síntomas depresivos. Pues bien, la asociación entre ambos fue especialmente notable en el grupo con obesidad (58,6% de los participantes), que si bien partía de una mayor presencia de síntomas depresivos en comparación con el grupo sin obesidad.

La investigación respalda la evidencia previa que vincula el consumo de ultraprocesados al riesgo de padecer un trastorno depresivo, y proporciona nuevos datos que lo asocian con cambios en la estructura de redes cerebrales concretas (circuito cerebral mesocorticolímbico). Además, muestra que estas asociaciones podrían ser dependientes de la presencia de obesidad y los niveles de inflamación periférica.

"El estudio tenía como objetivo "determinar la relación entre el consumo de ultra-procesados y los síntomas depresivos, así como proporcionar nuevos datos sobre la asociación entre el consumo de estos productos y los volúmenes de materia gris cerebral en 152 personas adultas. También buscamos explorar los efectos de interacción con la obesidad, así como evaluar si los biomarcadores inflamatorios median estas asociaciones previas”, afirman en un comunicado Oren Contreras-Rodríguez y José Manuel Fernández- Real, los investigadores principales del estudio

“Como hipótesis de trabajo, esperábamos que un mayor consumo de ultra-procesados se asociara con un mayor riesgo de síntomas depresivos y un menor volumen de sustancia gris en la amígdala y regiones frontales, especialmente en participantes con obesidad, ya que suelen caracterizarse por presentar un mayor consumo de ultra-procesados. Efectivamente, los resultados confirmaron nuestra hipótesis”, añaden.

Los trastornos depresivos son uno de los trastornos psiquiátricos más comunes en todo el mundo, con una estimación de 300 millones de personas que viven con depresión. Se estima que este tipo de trastornos será la principal causa de enfermedad para el año 2030. Por otro lado, es indiscutible que la depresión limita severamente el funcionamiento psicosocial de los enfermos y disminuye notablemente su calidad de vida.