Entrevista
«La ecoendoscopia permite ser poco invasivos en algunos tumores de páncreas»
El Dr. David Martínez Ares, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud La Coruña, asegura en la sección "10 preguntas" que con esta tecnología la tasa de complicaciones es menor al 10%, y en su mayoría, son problemas leves»
1. ¿En qué consiste exactamente la ablación por radiofrecuencia de tumores pancreáticos guiada por ecoendoscopia?
Se trata de una técnica endoscópica, es decir, que se basa en la introducción de un endoscopio a través de un orificio natural (la boca, en este caso). Se emplea un endoscopio especial que permite obtener al mismo tiempo imagen endoscópica del tubo digestivo e imagen ecográfica de las diferentes capas de éste, así como de los órganos que rodean al esófago, estómago o duodeno. De este modo, la ecoendoscopia es la técnica más precisa para estudiar, por ejemplo, las enfermedades de las vías biliares y del páncreas. Además, gracias a que a través del canal de trabajo del endoscopio podemos introducir ciertos utensilios, con esta técnica se emplea una aguja que, en lugar de obtener muestras de tejido (para biopsias), se usa para transmitir al tejido pulsos de radiofrecuencia que destruyen el tejido cuando la energía se transforma en calor. Es decir, se trata de un método de ablación térmica.
2. Con esta técnica se puede evitar perder este órgano, clave en la función digestiva, por lo que resulta menos invasivo, ¿no?
Eso es, y solo es aplicable en pacientes en los que la cirugía alcanzaría prácticamente unas tasas de curación del 100%.
3. Y eso ¿a qué equivale?
En cirugía pancreática, incluso en las mejores manos, la mortalidad asociada a la cirugía puede alcanzar el 5%.
4. ¿Por qué motivo se logra evitar ese 5% de mortalidad con esta técnica?
Esto se debe a que la ecoendoscopia permite tratamientos mínimamente invasivos frente a las enfermedades del páncreas que permite, por ejemplo, destruir el tumor respetando el órgano en el que se desarrolla el mismo. La tasa de complicaciones es menor al 10% y, en su mayoría, son complicaciones leves que simplemente alargan ligeramente el ingreso hospitalario.
5. ¿Se puede usar para cualquier tipo de cáncer de páncreas?
Desgraciadamente no. Esta técnica sólo ha probado su eficacia en los tumores neuroendocrinos pancreáticos. También se ha usado, con resultados prometedores, en el tratamiento de algunas neoplasias quísticas pancreáticas, pero no puede recomendarse todavía en el tratamiento de pacientes con el cáncer de páncreas más habitual, el adenocarcinoma.
6. ¿Ha de tener el tumor un tamaño mínimo o máximo?
En principio, el tamaño mínimo para poder tratar un tumor es que tenga tamaño suficiente para poder ser visualizado mediante ecoendoscopia. Con esta técnica podemos visualizar tumores de muy pocos milímetros de diámetro, con una fiabilidad superior al TAC o la resonancia magnética. No obstante, tumores neuroendocrinos de tamaño muy pequeño sólo tendrán indicación de tratamiento en caso de que produzcan hormonas que, a su vez, provoquen síntomas la paciente. En el caso de tumores no funcionantes (no productores de hormonas) el tratamiento se plantea en tumores de hasta 2 centímetros de diámetro, siempre y cuando en la biopsia no se detecten signos de alto riesgo de malignidad. A partir de este tamaño se indicará la cirugía, al igual que en tumores más pequeños, pero con signos de alto grado de malignidad.
7. ¿Para qué otros tumores se utiliza esta técnica?
Teóricamente, este tratamiento podría utilizarse en el tratamiento de otros tumores de otros órganos a los que se puede acceder desde el tubo digestivo, como el bazo, el hígado o el riñón, en los que ya existe experiencia de tratamientos mediante radiofrecuencia realizados por vía percutánea (puncionando desde el exterior del abdomen).
8. Y en un futuro, ¿cree usted que podría ampliarse su uso?
Si en los estudios que están en marcha se demuestra su eficacia en el adenocarcinoma de páncreas, con mejoría significativa en la supervivencia, se podría indicar como tratamiento paliativo en los pacientes con tumores no operables, en combinación con la quimioterapia.
9. En cuanto al cáncer de páncreas, ¿qué síntomas da y en qué medida es hereditario?
No suele originar síntomas hasta fases muy avanzadas. En consecuencia, cuando se diagnostica el cáncer en una paciente con síntomas muy evidentes, suele ser ya demasiado tarde para poder plantear tratamientos con alta probabilidad de curación. El dolor abdominal situado en la región epigástrica («la boca del estómago»), la aparición de ictericia (coloración amarillenta) y la pérdida de peso como consecuencia de las dificultades para la digestión que provocan estos tumores, son los síntomas más habituales. La única forma de prevenir estos tumores es la adopción de estilos de vida y dieta saludable: evitar el sobrepeso, el abuso de alcohol y el tabaco. La mayoría de los tumores pancreáticos son no hereditarios. Tan sólo en ciertos síndromes genéticos, muy poco frecuentes, el cáncer de páncreas puede ser hereditario.
10. Recientemente una vacuna de ARN ha logrado un primer éxito contra el cáncer de páncreas. ¿El futuro de la lucha contra este tumor y el cáncer en general pasa por las inyecciones?
La experiencia es muy preliminar. Tan sólo se ha realizado un ensayo clínico con 16 pacientes, cuyos resultados se han publicado en «Nature». La mitad de los pacientes no mostraron respuesta alguna, y en los que respondieron la supervivencia alcanzada superó ligeramente los 13 meses. Son resultados prometedores y muy atractivos desde el punto de vista médico, pues se trata de promover que sea nuestro propio sistema inmune el que destruya las células neoplásicas, en lugar de usar fármacos citostáticos que provocan una elevada toxicidad en algunos pacientes. Es una vía muy esperanzadora y atractiva, pero todavía es demasiado pronto para aventurar si va a representar una solución o para uno de los cánceres con mayor tasa de letalidad.
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