China vuelve al trabajo ante la vigilancia de Xi Jinping

Como si de fumigar un árbol se tratara, los coches que entraban ayer en el distrito financiero de Pekín eran rociados con desinfectante a su llegada. La vuelta al trabajo en el gigante asiático va despacio pero segura. Esa parece ser la premisa marcada por las autoridades chinas en su intento por recuperar cierta normalidad en medio de la epidemia del nuevo coronavirus que mantiene al país funcionando a medio gas.

Pekín ha dado instrucciones claras: las empresas que se lo puedan permitir deberían apoyar el teletrabajo y los centros educativos nada de reanudar las clases, por lo menos, hasta marzo. Pero para aquellos que trabajan en fábricas de mascarillas la vuelta fue irremediable, ya que el país necesita estos recursos. Sobre todo, en la provincia de Hubei donde los casos de infectados no dejan de crecer. Las últimas cifras indican que hay 40.262 casos de infectados a nivel mundial y 910 muertes.

Aunque el número diario de contagios ha comenzado a bajar, la cifra de muertos revelada ayer fue la más alta desde que se desató la epidemia con 97 fallecidos, de los cuales 91 fueron en la Hubei. Además, ayer se confirmaron otros 60 casos más a bordo del crucero que permanece en cuarentena al sur de Tokio elevando la cifra de infectados a 130;Entretanto, ayer a última hora llegó al país un equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el fin de investigar el desarrollo de la epidemia, especialmente en la región donde se originó. Unas horas antes a su llegada, el presidente Xi Jinping salía con su mascarilla en el rostro como manda el actual protocolo para verificar esa vuelta al trabajo y asegurar que aunque la situación «sigue siendo grave», la nación le ganará la batalla al coronavirus con medidas «más decisivas». Era la primera vez que aparecía en público tras la muerte del doctor Li, el profesional que alertó del coronavirus, y cuya muerte desató una oleada de críticas a su gestión.

Caso sospechoso en España

Entre tanto, la consejería de Salud de Baleares investiga un posible nuevo caso de coronavirus en un niño de siete años, cercano al entorno del británico ingresado en el hospital de Son Espases y que es el segundo positivo que se ha detectado en España. El niño se encuentra ingresado con síntomas de gripe y el resultado definitivo de las pruebas del coronavirus se sabrán mañana o el miércoles, según Salud Pública de Baleares. También informaron de que el británico infectado no presenta sintomatología y que ya han acotado la lista de personas «entre 20 y 40», que mantuvieron contacto con él cuando empezaron los síntomas.