Coronavirus
La saeta no está en cuarentena
Procesiones virtuales, estaciones de penitencia online... La creatividad de las cofradías se ha disparado, al igual que su labor social en una Semana Santa sin procesiones
La Borriquita se quedó ayer en El Salvador. No hizo falta mirar para ver si titubeaba. El estado de alarma tomó la decisión. Ni un paso adelante. Ni en Sevilla, epicentro de la piedad popular española, ni en el resto del país. Las imágenes se han movido de la peana. Desde la Guerra Civil no habían sufrido un confinamiento igual. Pero sus cofrades no han parado. La procesión no solo va por dentro. Palmas en los balcones por el Domingo de Ramos más allá de Elche. Retransmisiones online de años anteriores con comentarios actualizados. Vigilias, rosarios y oficios con cámaras fijas ante las imágenes durante el Triduo Pascual. «Levantás» de puertas para adentro por los fallecidos y enfermos.
En los balcones, saetas que se escapan ya por las callejuelas del Sacromonte granaíno. Y «capillitas» que se vuelcan en una única estación de penitencia que este año se llama caridad. Las lágrimas por no ver las imágenes en la calle ya están resecas en las mejillas. Al menos para el hermano mayor del Gran Poder de Sevilla, Félix Ríos. «Todo eso pasa a un segundísimo plano ante la magnitud de una tragedia como la que estamos viviendo», explica a LA RAZÓN.
Su pasión cofrade va por otros lares: «Nos preocupa que cada día esté muriendo tanta gente, pero también nos abruma cómo será el día después para todos aquellos que ya hoy lo están pasando mal porque sus ingresos se han evaporado de un día para otro con el estado de alarma». Solo en la Hermandad del Gran Poder han multiplicado por mil los recursos de su bolsa social en estos días.
«A la ayuda que ya teníamos a través del economato, ahora hemos sumado acuerdos con una cadena de supermercados y otras tantas empresas para lanzar tarjetas de compras para las familias más asfixiadas», explica Ríos, volcado especialmente con los barrios de Los Pajaritos, Candelaria y Santa Teresa. No en vano, este año el Señor de Sevilla tiene previsto una salida extraordinaria a las zonas más humildes de la ciudad por los 400 años de la imagen. «En el besamanos, siempre está con las manos desatadas, pero siempre ha estado y estará con Sevilla con las manos desatadas y abiertas para ayudar», subraya.
No habrá madrugá en Triana. Y la Macarena no se verá en la carrera oficial. Su rumbo es otro. «Yo estoy todos los días en la basílica, como cualquier año. Pero esta vez concentrando esfuerzos en el servicio religioso, retransmitiendo todos los días el rosario y la misa. Y, junto a esto, coordinando toda la asistencia social», subraya su hermano mayor, José Antonio Fernández. En estas semanas han distribuido más de 10.400 kilos de alimentos a través de la Despensa Macarena, han incrementado las ayudas en «cash» a familias vulnerables, reforzado su programa de comida para nichos con la fundación Gota de Leche, continúa con su programa de acompañamiento personal a 140 ancianos… «Y mantenemos la formación online de niños, adultos y jóvenes», apostilla.
Tampoco se verá este Jueves Santos el desembarco del Cristo de Mena en Málaga a hombros de los legionarios. Aunque durante la jornada sí se emitirá la señal en directo por streaming de la cámara de la capilla de la congregación en la iglesia de Santo Domingo, para contemplar a los titulares. «Lo normal en Málaga en estos días es presenciar bullicio, pero en esta ocasión toca ir a lo esencial y a lo más íntimo, a la razón de ser de las procesiones, que no es ni más ni menos que profundizar en nuestra fe», plantea Antonio de la Morena, hermano mayor de Mena, consciente de que «ahora toca pasar el trago sentimental al ver que se nos ha ido una Semana Santa sin vivirla como año tras año venimos haciéndolo».
Sus hermanos también han estado al quite de la urgencia de poner en marcha una «procesión» de caridad con el Cristo de la Buena Muerte al frente. «Fuimos pioneros en trasladarles a que el donativo de salida que cada uno aporta iba a ser destinado a los que más lo van a necesitar ante la que crisis que sobreviene con los ERTES, despidos…», apunta De la Morena, que detalla cómo de las 1.200 inscripciones recibidas para procesionar no han llegado a una veintena las que han solicitado la devolución de la cuota. Un donativo destinado íntegramente a las obras sociales que ya tienen en marcha y a las Hermanas de la Cruz, las religiosas volcadas con los «invisibles» malagueños.
200 iniciativas litúrgicas
Lo cierto es que en Málaga todos han ido a un mismo paso, en tanto que la Agrupación de Cofradías ha buscado coordinar las más de 200 iniciativas litúrgicas, pastorales y sociales de las 41 hermandades, que van desde una sonada con la marcha procesional de la Pollinica que despertó ayer a la ciudad a una campaña conjunta de donación de sangre, además de un registro con más de un centenar voluntarios a disposición de las autoridades públicas. «Estamos asombrados con las respuestas de los malagueños y eso se refleja también en las redes sociales. Hemos logrado solo este fin de semana un flujo interactivo que no habíamos alcanzado cuando las calles están llenas», apunta Pablo Atencia, portavoz de la Agrupación de Cofradías.
En otras latitudes geográficas tampoco se ha frenado el fervor: «He propuesto a todas las cofradías que a la hora que debía salir su procesión, todos y cada uno se recojan, guarden silencio y abran las puertas de corazón para que de él salga la mejor procesión de nuestra vida», propone Fermín Labarga, director del Secretariado de Hermandades y Cofradías de la Diócesis de La Calzada-Logroño, sabedor de que en esta procesión espiritual «somos nosotros quienes podemos fijar el recorrido de la procesión, y podemos acercarnos con nuestra oración hasta los hospitales, las residencia de ancianos y las casa donde hay enfermos, que paremos el paso delante y recemos con ellos y por ellos».
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