Nadie duda de que estamos viviendo una pesadilla interminable que comenzó en marzo, pero la psicóloga estadounidense Deirdre Barrett ha querido saber también qué ocurre cuando cerramos los ojos. ¿Qué tenemos en la cabeza cuando logramos desconectar? Esta profesora de la Universidad de Harvard ha recogido sus conclusiones en el libro “Pandemic dreams” (“Sueños pandémicos”), un compendio de más de 9.000 testimonios de voluntarios de 40 países. Bichos voladores, cucarachas, cárceles, desastres naturales y, en general, metáforas de todo tipo de esta era Covid. Con una excepción, los sanitarios. Los hombres y mujeres que batallan en primera línea sueñan con situaciones reales, nada oníricas. Momentos traumáticos que ven en su día a día.
-¿Qué estamos soñando este 2020 de pesadilla? ¿Existen diferencias entre hombres y mujeres?
-Tanto hombres como mujeres están teniendo sueños llenos de ansiedad sobre temas como la enfermedad y la muerte. Sin embargo, las mujeres sienten más tristeza e ira en comparación con antes de la pandemia, algo que no ocurre en el caso de los hombres. Quizá se deba a que, aunque tienen casi la misma probabilidad de contraer la enfermedad y de morir que los hombres, ellas están atrapadas en una proporción mucho mayor en casa, cuidando a familiares enfermos o a sus hijos que no van al colegio. Además, el número de mujeres que ha perdido su trabajo es infinitamente superior al de los hombres desde el principio de la pandemia. De ahí los efectos secundarios de la tristeza y la ira.
-¿Cuál es la pesadilla más común en estos días?
-Entre las personas normales y corrientes, exceptuando a los sanitarios, la pesadilla más típica es que se contagian literalmente del virus, que empiezan a toser o que la fiebre de pronto se les dispara. También es muy común la misma pesadilla en forma de metáfora, como que son atacados por bichos. El contenido más relatado incluye enjambres de insectos voladores; abejas, avispas, mosquitos, tábanos... También masas de gusanos tóxicos que se retuercen o ejércitos de cucarachas... Es la metáfora perfecta: entidades diminutas que en un gran número te pueden matar o causar mucho daño.
-¿Encontró en su estudio algún sueño común a otra crisis precedente como el 11-S o la Segunda Guerra Mundial?
-Sí, después del 11 de septiembre vi algunos sueños que reproducían exactamente lo que había ocurrido durante el atentado y, al mismo tiempo, mucho contenido de desastres naturales como tsunamis, terremotos, incendios forestales, tornados, huracanes... Es lo mismo que he visto en la pandemia.
-¿Todo es una cuestión de ansiedad o el miedo está detrás de lo que soñamos?
-En los sueños aparece todo, desde la ansiedad leve hasta el terror extremo.
-¿Cuál es la diferencia entre una pesadilla y un sueño postraumático?
-Normalmente reservamos la palabra pesadilla para los sueños en los que la persona se siente abrumada por el terror en lugar de que sea la ansiedad la emoción dominante. Pero las pesadillas traumáticas son un capítulo aparte porque se suceden durante toda la noche, no solo en la fase REM, lo cual es realmente inusual. Creemos que, en realidad, funcionan de manera similar a los “flashbacks” diurnos, recuerdos traumáticos e intrusivos que invaden la conciencia en cualquier momento, despiertos o dormidos.
-En su estudio ha recopilado datos de 40 países. ¿Soñamos de manera diferente según la nacionalidad?
-La principal diferencia ha sido el marco del tiempo. Observé sueños traumáticos en Italia cuando empecé la encuesta el 23 de marzo, luego comenzó a suceder en Estados Unidos y más tarde en Brasil.
-¿Ha encontrado una evolución en la temática desde el confinamiento hasta ahora?
-Aquellos que estaban solos en casa soñaban con escenarios extremos de soledad: desde todo tipo de prisiones a la persona que quedó varada sola en Saturno o la mujer que soñó que había sido seleccionada para ser la primera colona en Marte, un “trabajo” que no había solicitado. Algunos rememoraban sus paseos diarios y encontraban las calles totalmente desiertas. Otro soñó que su perro desapareció de pronto de su apartamento. En el otro extremo del espectro, las personas confinadas con varios miembros de su familia, más allá de la nuclear, sueñan cosas como que su casa se convierte en un refugio para personas sin hogar o en un centro de pruebas de la Covid 19, o que los vecinos irrumpen de pronto en su casa para pedirles prestado todo el papel higiénico. Una mujer se dio cuenta del grado de inmadurez de su novio cuando le contó lo que soñaba: que se escapaba a la calle para comprar un helado y ella tenía que perseguirlo.
-¿Y qué ocurre con los médicos y las enfermeras? ¿Sueñan diferente?
-La mayoría de los que trabajan en la UCI o en Urgencias, o incluso en unidades médicas generales, están sufriendo pesadillas. Y parecen traumáticas, lo que significa que no son tan oníricas, extrañas o metafóricas como la mayoría de los otros sueños. Tienden a involucrar a alguien que está muriendo de Covid-19 y ellos tratan de hacer algo para evitarlo, como poner a un paciente en un respirador, o conseguir reinsertar el tubo que se ha salido, o lograr que las máquinas respiratorias vuelvan a funcionar. Así que sienten que es su responsabilidad salvar la vida de esta persona y sin embargo no tienen mucho control sobre la situación y la persona muere de todos modos. Esa es su pesadilla, exactamente el peor momento de sus experiencias diurnas.
-¿Con qué sueña usted?
-En mi primer sueño en marzo, cuando la pandemia aún era una amenaza, soñé que estaba en la biblioteca de un hogar de hace siglos. Era acogedor y seguro, pero sabía que fuera una terrible plaga estaba devastando el mundo. A medida que el sueño continuaba, me volví menos capaz de concentrarme en la biblioteca y me sentí más abrumada por el horror invisible afuera. Era mucho más parecido a la Europa de la Peste Negra que a la COVID-19 de la actual