Salud

Los 3.967 pasos que realmente alargan la esperanza de vida

Un nuevo estudio acaba con el mito de las 10.000 pisadas e incide en que no importa la cantidad sino la constancia

Mujer fitness joven caminando con un grupo de personas haciendo ejercicio caminando en el parque.
Mujer fitness joven caminando con un grupo de personas haciendo ejercicio caminando en el parque.Dreamstime

Corría el año 1964 y Japón se preparaba para albergar los Juegos Olímpicos de Tokio que se celebraban ese mismo año. La población local y las autoridades se centraba cada vez más en el estado físico. De hecho, había comenzado a difundirse la idea de que el ejercicio regular era una buena forma de luchar contra enfermedades como hipertensión, diabetes y los accidentes cerebrovasculares. También, decían, era la mejor manera de combatir la obesidad, que se estaba convirtiendo a un ritmo trepidante en una epidemia en el país.

Esto no solo se confirmó mediante el análisis de los efectos positivos de hacer deporte, sino en los negativos provocados por una vida sedentaria. Numerosos estudios han demostrado que la actividad física insuficiente afecta a más de una cuarta parte de la población mundial.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la actividad física insuficiente es la cuarta causa de muerte más frecuente en el mundo, con 3,2 millones de decesos al año.

El ejercicio más simple era caminar: cualquiera podía hacerlo, no se necesitaba ningún equipo especial para hacerlo, ni entrenamiento. Al mismo tiempo, en la época de los Juegos Olímpicos de Tokio comenzó a hacer furor un nuevo dispositivo: el podómetro, básicamente un medidor de pasos, que causó furor entre la población. Su nombre era Manpo-kei, que literalmente significa 10.000 pasos en japonés. Fue en ese momento cuando nació el mito de los 10.000 pasos como medida de salud. Decenas de estudios confirmaron estas cifras, pero hubo un artículo científico, publicado por las universidades de Gante y de Brisbane que agregó una letra pequeña a este «contrato de salud»: solo era efectivo si se convertía en un hábito. Así resultó que no era tan importante la cifra como sí suponía la costumbre.

Ahora, un nuevo estudio publicado en el «European Journal of Preventive Cardiology», ha confirmado esto con una cifra algo más adecuada: menos de 5.000 pasos. De acuerdo con los resultados, caminar al menos 3.967 pasos al día comenzó a reducir el riesgo de morir por cualquier causa, y 2.337 pasos al día redujeron el riesgo de morir por enfermedades del corazón enfermedades cardiovasculares. Este análisis, el mayor realizado hasta la fecha, involucró a 226.889 personas de 17 estudios diferentes en todo el mundo. Pero la pregunta clave es ¿cómo se llegó a esa cifra? Sencillamente evaluando diferentes distancias y sus efectos en la salud. El riesgo de morir por cualquier causa o por enfermedad cardiovascular, por ejemplo, disminuye significativamente con cada 500 a 1000 pasos adicionales que caminamos. Un aumento de 1.000 pasos al día se asocia con una reducción del 15 % en el riesgo de morir por cualquier motivo.

Los autores, liderados por Maciej Banach, profesor de cardiología de la Universidad Médica de Lodz, Polonia, descubrieron que incluso si las personas caminaban tanto como 20.000 pasos al día, los beneficios para la salud continuaron aumentando, pero este número es el máximo que se ha evaluado: más allá de esta medida no se sabe si los efectos serán positivos o no. Eso sí, lo interesante del estudio no solo es el número de voluntarios o que estos sean de diferentes países, lo que implica distintas dietas y costumbres. Para empezar, los científicos realizaron un seguimiento de un promedio de siete años sobre los voluntarios. También tiene muchos puntos a favor el hecho de que se hayan comparado diferentes estudios a nivel global para confirmar los hallazgos.

Más efectivo en los jóvenes

Más efectivo en los jóvenes

La edad promedio fue de 64 años y el 49 % de los participantes eran mujeres. En este sentido, el estudio realizó un hallazgo importante: en personas de 60 años o más, el impacto de caminar no era tan importante como en los menores de 60. En el primer grupo, se observó una reducción del riesgo del 42 % en aquellos que caminaban entre 6.000 y 10.000 pasos al día, mientras que el porcentaje llegaba al 49% para el segundo grupo.

Pero como siempre hay letra pequeña. La primera de ellas es que se trata de un estudio observacional y, por lo tanto, no puede probar que el aumento en el conteo de pasos cause la reducción en el riesgo de muerte, solo que está asociado con él.

El impacto del conteo de pasos no se probó en personas con diferentes enfermedades; todos los participantes estaban generalmente sanos cuando ingresaron a los estudios analizados. Los investigadores no pudieron dar cuenta de las diferencias de raza y nivel socioeconómico, y los métodos para contar los pasos no fueron idénticos en todos los estudios incluidos en este metanálisis.

Tampoco existe un grupo de adultos jóvenes sustancial, por ejemplo, entre 30 y 45 años, lo cuál hubiera aportado mayor información.

«Nuestro estudio confirma que cuanto más camines, mejor. Descubrimos que esto se aplica tanto a hombres como a mujeres, independientemente de la edad y de si vives en una región templada, subtropical o subpolar del mundo, o en una otra con una mezcla de climas. Además, nuestro análisis indica que se necesitan tan solo 4.000 pasos al día para reducir significativamente las muertes por cualquier causa, e incluso menos para reducir las muertes por enfermedades cardiovasculares», sentencia el cardiólogo Maciej Banach, responsable de la investigación.