Brote de ébola

«A Europa sólo llegarán casos importados de África»

La Razón
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Madrid- El virólogo Sylvain Baize trabaja en uno de los pocos laboratorios de referencia en infecciones virales emergentes y desde marzo de este año pasa muchas más horas en su laboratorio, ya que fue entonces cuando «nos pidieron colaboración desde Guinea Conakry para que los ayudáramos a identificar la epidemia que se extendía por el país. Aún no sabían a qué se enfrentaban y desde entonces no hemos dejado de echar una mano», cuenta a LA RAZÓN. Su labor tiene parte humanitaria, ya que prestan sus servicios a todos los países que no cuentan con las instalaciones necesarias para ponerles freno a brotes como el que estamos viviendo. Por eso ahora «tenemos varios equipos que trabajan sobre el terreno, con laboratorios móviles que diagnostican los casos. Están en una zona durante varias semanas y luego se los releva», pero añade que no son los únicos, «también trabajamos conjuntamente con alemanes y suizos». En Francia tampoco bajan la guardia, porque «ya nos ha saltado algún caso sospechoso, aunque por suerte las pruebas siempre han dado negativo», como ocurrió en España hace unos meses cuando la fiebre de un ciudadano que viajaba desde Guinea a Valencia, pasando por Marruecos, hizo saltar las alarmas y activar el protocolo de Sanidad Exterior, que, desde el pasado viernes, tras la alerta sanitaria mundial decretada por la OMS, funciona en las 17 comunidades autónomas.

A pesar de las restricciones que ha puesto en marcha la Organización Mundial de la Salud, «no creo que ningún caso se transmita dentro de Europa; los únicos que se podrían dar serían de importación, de viajeros que no han sido bien controlados en los países de origen», apunta el experto. Sin embargo, lo que sí le inquieta son las probabilidades de que «afecte a los países colindantes, como ya ha ocurrido en Nigeria, y pueda entrar en Costa de Marfil o Mauritania, porque existe mucha movilidad en estas zonas».

Aunque por su aumento constante del número de infectados pueda parecer que este brote es uno de los más agresivos, Baize opina lo contrario: «Tiene una mortalidad de cerca del 60 por ciento de los casos, la cepa es muy similar a la que se ha dado en otros momentos en África central, pero la falta de control es la que ha derivado a esta situación tan dramática» y, para que empiece a controlarse, insiste en que «los medios deben ser reforzados y hacer lo posible para que los pueblos afectados no rechacen nuestra ayuda». Al igual que a los expertos de la OMS, a este epidemiólogo francés también le preocupa lo que están haciendo los norteamericanos con dos de sus compatriotas: «Me sorprende mucho porque no deja de ser un tratamiento que sólo se ha probado en animales, es muy experimental y aún estamos lejos de alcanzar una cura definitiva. Al igual que ocurre con una posible vacuna, debemos dar tiempo».