Amaya Valdemoro: «El mito vivo del deporte que nos ha emocionado a todos los españoles»

«Vaya palabritas...», dijo Amaya Valdemoro después de haber recibido el Premio Ussía al Personaje del Año, tras haber sido presentada por el propio Alfonso Ussía y por el seleccionador español de baloncesto, Juan Antonio Orenga. En esos momentos todavía podía hablar, pero según fue avanzando su intervención se fue emocionando, hasta llegar al capítulo de agradecimientos, a su «amiga y hermana, Elisa Aguilar», algo más que una compañera de equipo. «A mi padre, a mi madre...», continuó, y la voz se rompió ahí, justo antes de que recibiera el aplauso de todo el salón. Su padre estaba entre el público también al borde del llanto. Su madre falleció hace varios años.

Amaya, con un impecable vestido verde, fue nombrada Personaje del Año, el año en que decidió poner fin a su exitosa carrera. «Fue la primera jugadora de este país en ganar un anillo de la WNBA (la NBA femenina) y la primera en conseguirlo tres veces; ha jugado en más de doce equipos haciendo posible lo imposible y ha estado casi 20 años en la Selección, con la que conquistó seis medallas, con el broche merecido del oro logrado en el último Europeo», describió Orenga. Ese oro puso al baloncesto femenino en lo más alto después de muchos años de lucha y fue el colofón también de un verano inolvidable en el que las chicas vencieron el torneo continental en todas las categorías. Una hazaña sin precedentes. Un triunfo que refleja que las mujeres españolas crecen y crecen, como se demostró también en los pasados Juegos Olímpicos de Londres o en el Mundial de Natación de Barcelona. Y entre todas esas españolas, Amaya Valdemoro es una pionera, una de las que han luchado con sus logros para que ellas sean tratadas igual que ellos. «Una persona formidable, que nos ha emocionado a todos, un mito vivo, joven, guapísima...», la definió Alfonso Ussía. «Me he enterado de que cuando estuviste en Rusia, pasaste mucho tiempo leyendo las novelas del Marqués de Sotoancho», añadió el periodista que pone nombre a los premios. «Sí, he pasado muchas noches contigo en Rusia...», concedió después la deportista, bromista, que lleva un mes de mucho ajetreo recibiendo homenajes. El último, su despedida, será el martes. Bueno, mejor dicho, su punto y aparte. «Es una deportista que no ha parado de trabajar y trabajar, a veces para hacer frente a los malos momentos, las lesiones», definió Orenga. Porque Amaya, aparte de a rivales, también ha dejado atrás dolores, como cuando se rompió las dos muñecas. La ex baloncestista ya tiene un nuevo reto, trabajo por delante, como parte del proyecto de la Federación Española de Baloncesto (FEB) «Universo Mujer», en el que, entre otras cosas, se buscará la promoción del Mundobasket 2018, que España aspira a organizar. «Es un proyecto en el que creo», aseguró Valdemoro, que en su discurso no se olvidó de dar las gracias a José Luis Sáez, presidente de la FEB, que estaba presente en el acto junto a Mercedes Coghen, Elisa Aguilar, que también se ha retirado este año, o el secretario de Estado para el deporte, Miguel Cardenal. «Gracias al presidente he crecido como deportista y como persona, por los valores que me ha inculcado», afirmó Amaya mientras su emoción iba en aumento.