Aventura extrema, peligro mortal

Javier Colorado se encontraba dando la vuelta al mundo en bici, cuando resultó herido en Mastung, provincia de Baluchistán (Pakistán), durante un ataque que costó la vida a siete paramilitares que lo escoltaban. A pesar del suceso, el turista español, que está fuera de peligro, quiere alcanzar su objetivo. Una meta plausible que tras el incidente ha vuelto a abrir el debate sobre las consecuencias del turismo extremo en países en los que no se recomienda precisamente viajar. De hecho, la embajada de España en Islamabad desaconseja viajar a Pakistán salvo por razones de «extrema necesidad», dado el «elevado riesgo de secuestro de ciudadanos extranjeros» y por el alto número de ataques terroristas. Máxime cuando en Pakistán los enfrentamientos entre el Ejército y los talibanes no son inusuales.

Pero a pesar de las múltiples recomendaciones, cada vez son más los ciudadanos españoles que deciden coger su mochila e irse a un lugar remoto. «A partir del cambio de siglo empezó a crecer este tipo de turismo mochilero entre los españoles. Antes no se veía a muchos, pero sí a alemanes, ingleses, escandinavos... En la actualidad, catalanes, madrileños y vascos son los españoles que más viajan así. Una forma que, aunque cueste menos, permite que ese dinero llegue a más manos. Aunque sigue siendo algo minoritario, ya que el 90% de los españoles se queda aquí, y del 10% que sale de nuestras fronteras ni un 1% iría a este tipo de destinos exóticos», explica el doctor Alberto Moreno, profesor de Turismo de la Universidad Europea de Madrid. Con más de 10 años viajando sólo con un billete y una mochila, asegura no haber tenido nunca ningún problema, aunque sí conoce gente que los ha tenido por inconscientes. «A pesar de lo sucedido, uno podría ir a Pakistán, pero informándose de qué zonas visitar. Ahora bien, yo no iría en este momento, ya que es un destino inseguro», reconoce. No es el único. En la agencia de viajes Trekking & Aventura ya no van a Pakistán, salvo para experiencias de montaña, ya que «en tres días los turistas están alejados de cualquier punto donde haya presencia humana. La montaña es de difícil acceso para grupos armados. En cambio, desde el año pasado ya no ofrecemos viajar por el país por el riesgo que hay», explica el director, José Antonio Masiá. «Además, ningún viaje merece la pena si se pone en riesgo la vida de siete personas», añade.

Para aconsejar sobre este tipo de viajes, un grupo de cinco médicos han creado la Fundación Io, que nació con el espíritu de estudiar y controlar las enfermedades infecciosas, pero que desde el pasado mayo también aconseja a los viajeros que realizan turismo extremo. «Cada vez son más las personas que apuestan por este tipo de aventuras y muchos van sin seguro», afirma el CEO de la Fundación y médico de Atención Primaria Manuel Linares. Y es que si una compañía decide cubrir este tipo de viajes, que «no todas lo hacen», al viajero puede costarle más de 3.000 euros. Desde que abrieron su web de consultas (viajarseguro.org) han recibido más de 3.000 peticiones. «Mucha gente decide viajes de última hora y se va sin vacunar. Son unos inconscientes», sostiene. «La gente va y no sabe dónde se mete». La apertura de nuevas rutas aéreas también ha ayudado a este «boom». «A Gambia, por ejemplo, ahora va mucha gente porque desde Madrid salen tres o cuatro vuelos a la semana», añade Linares. Es cierto que el fenómeno mochilero siempre ha existido, pero «eso no significa que no tomes las precauciones necesarias».

No existe un perfil único del viajante extremo porque cada uno lo hace por un motivo diferente. «Muchos lo hacen por retos personales o porque necesitan cambiar su vida». El médico reconoce que a partir de la crisis, mucha gente decide darle la vuelta a su vida. A su web acuden diferentes tipos de personas y «no todos siguen nuestros consejos, pero siempre intentamos que eviten los conflictos armados». Es más, la próxima mejora de su página es el «riesgómetro» para medir qué tipos de peligros puede sufrir cada viajero.