Cada año mueren en España entre 2.000 y 3.000 personas a causa de la gripe

La vacuna antigripal está recomendada para los mayores de 65 años, las embarazadas, las personas con obesidad mórbida, los pacientes inmunodeprimidos y personas con enfermedades crónicas.

Cada año mueren en España entre 2.000 y 3.000 personas a causa de la gripe, una cifra que se podría reducir a la mitad con una correcta y extensa implementación de la vacuna antigripal. Así lo asegura en un comunicado la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), que recuerda que la eficacia de esta vacuna oscila entre el 70 y el 90 por ciento de los casos en adultos sanos y en el 80 por ciento en niños.

La gripe es una enfermedad respiratoria de origen vírico y, aunque en la mayoría de los casos, la recuperación total se produce en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamiento con fármacos específicos, en niños muy pequeños, ancianos, personas con enfermedades graves o pacientes con enfermedades respiratorias crónicas, puede provocar complicaciones severas.

Así, el neumólogo y coordinador del Área de Enfermedades Infecciosas y Tuberculosis de la Separ, Francisco Javier García, ha advertido de que "los pacientes con EPOC, bronquiectasias, asma o fibrosis quística pueden llegar a presentar complicaciones potencialmente mortales, fundamentalmente neumonías, si desarrollan procesos gripales".

Por ello, ha destacado que en pacientes respiratorios crónicos, la vacuna antigripal es imprescindible para lograr paliar las posibles complicaciones potencialmente graves que se pueden producir si se adquiere la enfermedad. De hecho, entre 2.000 y 3.000 personas mueren cada año en España a causa de la gripe.

De esta manera, la Separ ha recomendado tanto la vacuna de la gripe como la neumocócica en todos aquellos pacientes con enfermedades respiratorias crónicas. También está recomendada la vacuna antigripal para los mayores de 65 años, las embarazadas, las personas con obesidad mórbida, los pacientes inmunodeprimidos y personas con enfermedades crónicas (cardiovasculares, renales, metabólicas, neuromusculares, hepáticas, etc.).

Además, para evitar la transmisión a amplias capas de la población, los residentes en centros con pacientes crónicos, el personal sanitario, los trabajadores de guarderías, colegios o residencias también son colectivos de especial interés en este sentido.

Efe