Espacio
“Apolo 11”: La cara oculta del viaje a la Luna
15 años de producción ha requerido este documental que se estrena el día 16 y que brinda al espectador la oportunidad de sentirse como si estuviera en Houston, sufriendo los mismos nervios que se vivieron hace 50 años.
15 años de producción ha requerido este documental que se estrena el día 16 y que brinda al espectador la oportunidad de sentirse como si estuviera en Houston, sufriendo los mismos nervios que se vivieron hace 50 años.
Hace 18.256 días Estados Unidos lanzaba al espacio el Apolo 11 cumpliendo así la promesa que hizo años atrás John F. Kennedy. Ese día, el 16 de julio de 1969, el mundo se paralizó. Miles y miles de personas se acercaron hasta Cabo Cañaveral (Florida) para poder ver la odisea espacial; una proeza que quedó registrada segundo a segundo en decenas de miles de horas de grabaciones de audios y vídeos. Cuál fue la sorpresa de Todd Douglas Miller y su equipo cuando, inmersos en hacer una película sobre la llegada del hombre a la Luna, el personal de los Archivos Nacionales (NARA) con los que habían contactado encontró toda una colección no procesada de imágenes de gran formato en 65 mm nunca antes vista por el público, con tomas del lanzamiento, del interior del control de la misión, de las actividades de recuperación y de otras posteriores a la misión.
Esos nuevos rollos se descubrieron por casualidad en los Archivos Nacionales. «En un primer momento, la NASA dejó el metraje en un almacén, pero con los años fue transferido a los Archivos Nacionales, donde más o menos quedó olvidado. Algo del mismo se dispuso para un documental que vio la luz en los 70, pero una vez más fue recortado», explica el asesor histórico Robert Pearlman.
No fue el único hallazgo inesperado. También encontraron más de 11.000 horas de grabaciones de audio. Ambos descubrimientos cambiaron el curso del proyecto, «Apolo 11», un documental que se estrenará en España el 16 de julio y que brinda al espectador la oportunidad de sentirse como si estuviera presente en esta gesta, sintiendo el mismo asombro que tuvieron los espectadores y sobre todo con los mismos nervios que sufrieron los técnicos, pese a saber el desenlace, gracias precisamente a que no hay ninguna voz en off, sino que está rodada única y exclusivamente con las grabaciones de audio de dicha gesta; lo que exigió una labor encomiable e hizo que para la producción del documental fueran necesarios 15 años de producción.
Material histórico
«Lo que comenzó como un simple ejercicio de montaje se convirtió en el esfuerzo colectivo de un equipo internacional de expertos para crear la obra definitiva acerca del Apolo 11 en pantalla grande. El extraordinario hallazgo de un alijo de película en gran formato y de grabaciones intactas añadió otra dimensión al proyecto: ahora era más que una película, era una oportunidad para cuidar y preservar este material histórico de valor incalculable», tal y como afirmó meses atrás Miller. Y es que «muchas obras se han dedicado al Apolo 11, la primera misión que permitió al hombre pisar la Luna, pero lo que hace a esta película distinta es el hecho de que ésta es una historia que se está haciendo de nuevo –con material restaurado y escaneado y nunca antes visto de lo que muchos consideran el logro supremo de la humanidad hasta ahora. Por primera vez en la historia, podemos verter una mirada e información nuevas acerca de cómo hicimos alunizar a unos hombres», añade el asesor Pearlman.
Un filme, en definitiva, que hará las delicias de los espectadores y también de los historiadores que por fin podrán ver el cuadro entero de lo que pasó aquel día. La cinta arranca horas antes de tener lugar el despegue a las 13:32. Decenas de miles de espectadores acudieron hasta Florida para poder ver el lanzamiento en directo, aunque para ello tuvieran muchos que dormir sobre hormigón. Los más afortunados sacaban las sillas a las azoteas de los edificios para poder tener la mejor vista del momento. Mientras, los tres astronautas, Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins, comienzan a vestirse. Los nervios en la zona de control son más que evidentes. Ha habido una fuga que ha de arreglarse tal y como desvela la cámara 18. Se acerca la hora del despegue y los tres grandes hombres ya están subidos en la lanzadera. Antes de comenzar la odisea espacial, Miller muestra al espectador momentos distendidos de los tres astronautas, como cuando el líder de la plataforma alarga los brazos. Aunque en la película no se desvela, esa escena, la que muestra la cámara 34 que veían los técnicos desde el Centro de Control, se debe a que Collins le ha regalado una trucha congelada pequeña porque éste pesca. O cuando uno de los astronautas afirma: «Prometo hacéroslo saber si dejo de respirar», que permite que el ambiente entre los técnicos «terrícolas» sea más distendido.
Desacople
Tras el despegue, la cinta continúa enganchando al espectador, que se contagiará de la tensión que vivieron aquellos ocho días todos los allí presentes gracias a las grabaciones de audio o de la emoción que trasladan al ver la Luna. «Todos sabemos cómo va a terminar la secuencia del lanzamiento, sabemos que lograrán llegar a la Luna y que regresarán, pero nos mantenemos por completo al borde de la butaca porque da toda la impresión de ser un acontecimiento en vivo y en directo que se despliega en el presente. Parece algo enteramente nuevo, aunque sea el metraje histórico más célebre de todos los tiempos», afirma el director. Otro as de la película son los brillantes gráficos, sencillos para que todos podamos entender las difíciles maniobras que tuvieron que hacer durante el desacople de Eagle del Columbia para proceder a la fase de alunizaje o de su unión y de la vuelta a casa de los tres; un viaje, en definitiva, «que ha sido mucho más que el viaje de tres hombres a la Luna».
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