Ciencia y Tecnología
El ojo del universo
La mayor cámara del mundo comenzará a rastrear el cosmos en 2022. Además de su impactante resolución, permitirá fotografiar más allá de la luz visible.
A casi 3.000 metros de altura, probablemente en los cielos más limpios del planeta, todo se está preparando para que los científicos, los expertos y los apasionados abran los ojos a un nuevo universo. Uno que hasta ahora jamás había podido presenciar. El Departamento de Energía de Estados Unidos ha dado luz verde a la Universidad de Stanford, al Laboratorio Nacional Brookhaven y al Lawrence Livermore para que construyan la cámara con la mayor resolución conocida hasta la fecha: 3.200 megapíxeles. Para hacerse una idea, una imagen con esta calidad debería exhibirse en unas 1.500 pantallas de televisores HD para que se pudiera apreciar correctamente, según explican los expertos de Stanford en un comunicado. El objetivo es que forme parte del Large Synoptic Survey Telescope (LSST o Gran Telescopio para Rastreos Sinópticos) que se instalará en Cerro Pachón, Chile, a 2.700 metros sobre el nivel del mar. Desde allí obtendrá unos 6 millones de gigabytes de imágenes por año... lo que equivale a 800.000 fotografías de 8MP. Pero por noche.
¿Para qué una cámara tan potente? En primera instancia, por primera vez seremos capaces de fotografiar un número mayor de galaxias que habitantes de nuestro planeta. Pero no se trata sólo de potencia resolutiva, por llamarla de algún modo. Esta cámara, cuya construcción se demorará cinco años, registrará el espectro electromagnético en una amplitud mayor que cualquier cámara convencional. La luz visible no será el límite y llegará hasta el infrarrojo y el ultravioleta. Eso es posible gracias a una serie de filtros intercambiables que se ajustan automáticamente a las condiciones y a las programaciones que se le hayan hecho. Todo esto permitirá realizar una exploración del espacio con un detalle que jamás habíamos visto hasta la fecha. Será posible estudiar la formación de galaxias, observar la explosión de estrellas, que es donde se forman la mayoría de los elementos químicos o rastrear asteroides que crucen la órbita terrestre. Este último punto resulta de vital importancia. Literalmente. El pasado 30 de junio se celebró por primera vez el Día del Asteroide, una campaña a nivel global que agrupa a científicos, astronautas y demás expertos con el propósito de investigar los más de 600.000 cuerpos que orbitan en nuestro Sistema Solar y podrían cruzarse con nuestro planeta. El objetivo no es sembrar el pánico, sino arbitrar los medios para detectar cualquier tipo de amenaza.
El otro objeto de estudio de la cámara del LSST es comprender mejor la energía y la materia oscura, que en conjunto forman el 95% del universo y, pese a ello, su naturaleza está muy lejos de nuestra comprensión.
La cámara se construirá en una sala esterilizada, para evitar contaminar y dañar cualquier pieza. Ésta tendrá una altura de unos dos pisos y cerca de 200 metros cuadrados. De acuerdo con el proyecto, la cámara comenzará a funcionar en 2022 y a lo largo de una década se hará cargo de proveernos de las mejores imágenes de los cielos del Hemisferio sur. Hasta ahora, el récord para la imagen con mayor resolución correspondía a In2white, una fotografía de 365 gigapíxeles realizada por Filippo Blengini y Alessandra Bacchilega, pero con trampa: se trata en realidad de 70.000 fotografías unidas en una panorámica. Y la tercera en el podio es una panorámica en 360 grados de Londres, realizada con 48.640 fotografías y una resolución total de 320 gigapíxeles. La nueva cámara tendrá una resolución 10 veces mayor. Pero no se sabe si, para entonces, será la más avanzada en este sentido. En 1981, la cámara Sony Mavica obtenía imágenes con una resolución de 0,3 MP. Diez años más tarde, Kodak lograba fotografías de 1,3 MP y, en 1995, Nikon lo duplicaba. Una resolución similar a la que en 2007 tendría el primer iPhone. En la actualidad, las cámaras fotográficas ofrecen unos 50 MP, aunque hay algunas que llegan a los 120. Y los smartphones no bajan de los 8 MP en general. En 2013, apenas dos años atrás, la cámara Argus-Is obtenía imágenes con una resolución de 1,8 gigapíxeles gracias a sus más de 360 sensores. Si la progresión se mantiene al mismo ritmo, en 10 años la investigación en tecnología podría llevar los 3.200 MP de hoy a 5.000. Como a menudo ocurre con este tipo de tecnologías, existen voces que se alzan en contra debido a su uso con fines científicos. Pero en el camino de conseguir un desarrollo como éste, al igual que sucedió al comienzo de los viajes de exploración, en el siglo XV o durante la carrera espacial, son muchas las innovaciones tecnológicas imprescindibles para alcanzar este objetivo. Muchas de ellas, como la mayor resolución óptica, permitirán crear dispositivos médicos con notables mejoras en la detección de tumores o dolencias neurológicas.
El software necesario para controlar la cámara a distancia, procesar las imágenes e identificar características predeterminadas, de modo que no haya que mirar una por una, también se podrá utilizar como algoritmo para detectar problemas genéticos y explorar tendencias económicas, sanitarias o educativas. Nada queda en el espacio. Aunque ahora se podrá ver mucho mejor.
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