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Un cambio climático mató de hambre a los hominoideos

El estudio microscópico del desgaste en las dentaduras de varios hominoideos que vivieron hace 12 millones de años ha permitido deducir a paleontólogos del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP) que esta especie se extinguió por un cambio climático que redujo su principal alimento.

Según una investigación que publica hoy la revista «Plos One», la especialización alimentaria que permitió la expansión de los hominoideos de África hacia Eurasia hace 14 millones de años también parece que fue la responsable de su desaparición.

El estudio del ICP ha deducido la dieta de cinco especies de hominoideos de la Península Ibérica a partir del microdesgaste que presentan sus dientes y ha comparado los resultados con los de otras especies del Este de Europa.

Los paleontólogos han concluido que un cambio climático habría reducido la disponibilidad de su alimento principal y las especies no se habrían adaptado a otros recursos alimentarios.

Tras expandirse por África hace 23 millones de años, los hominoideos empezaron a dispersarse por Eurasia hace 14 millones de años, donde se diversificaron y dieron lugar a numerosas especies.

La mayor muestra de esta diversidad la han encontrado en los yacimientos catalanes del Vallés-Penedés, que desde mediados del siglo XX han proporcionado nuevas especies de este grupo como el 'Pierolapithecus catalaunicus', el hominoideo encontrado en Els Hostalets de Pierola (Barcelona), conocido popularmente como 'Pau'.

También se han encontrado restos del 'Anoiapithecus brevirostris', apodado «Lluc», o el 'Hispanopithecus laietanus', de hace 9 millones de años, bautizado como «Jordi».

Aunque se han publicado numerosos artículos sobre diversos aspectos paleobiológicos y ecológicos de estas especies, como el tipo de locomoción que presentaban o cómo era el ecosistema donde vivieron, hasta ahora no se había estudiado su dieta a partir de las marcas que los alimentos dejaron en sus dientes.

Cada tipo de alimento produce una abrasión microscópica característica en el esmalte dentario que los paleontólogos han identificado y asociado a un tipo de dieta mediante la comparación con especies actuales de dietas conocidas.

El análisis del desgaste dental ha revelado que las diferentes especies de hominoideos del Mioceno presentaban una alimentación diversa y no basada en hojas y brotes, como se pensaba hasta ahora.

Mientras que 'Pierolapithecus catalaunicus' comía alimentos duros, como frutos con cáscara o semillas, 'Hispanopithecus' preferían frutos más blandos, mientras que otras especies habrían alternado ambos tipos de alimento en función del ambiente donde vivían, algo poco común en las especies actuales de primates.

La investigación, dirigida por Daniel DeMiguel, relaciona esta diversidad en la dieta con el inicio de un cambio climático, que se habría vuelto más frío y con una estacionalidad más marcada.

«Probablemente, los hominoideos desarrollaron diferentes dietas como respuesta a una gran variedad de ecosistemas que aparecieron tras el cambio climático, hecho que les fue también útil para minimizar la competencia entre ellos», ha explicado Daniel DeMiguel.

Esta especialización en la dieta que les permitió adaptarse a diversos ambientes y les permitió sobrevivir, también podría haber sido la causa de su extinción, según el trabajo.

Cuando los cambios en el clima se hicieron más acusados, los hábitats de estas especies se fragmentaron y sus alimentos favoritos comenzaron a escasear durante largas épocas del año.

En Europa central y occidental, estas especies no habrían sido capaces de adaptarse a otros tipos de alimentación y se extinguieron hace entre 12 y 9 millones de años, respectivamente, mientras que las especies del Este de Europa sobrevivieron hasta hace 7 millones de años.

En el estudio se han analizado 15 molares de 5 especies diferentes de hominoideos de la Península Ibérica y de 4 especies del oeste del continente euroasiático encontradas en las actuales Grecia, Italia, Hungría y Turquía.

Para inferir su dieta, los investigadores han comparado su desgaste dentario con el de especies actuales de primates como chimpancés, gorilas o babuinos, cuya alimentación es conocida.