Ciencia y Tecnología
Vida artificial: cada vez más cerca
Científicos logran «fabricar» cinco cromosomas sintéticos de la levadura y anuncian que este año acabarán por producir los 11 restantes de los que consta este organismo. ¿Conclusión? Ya somos capaces de crear la tercera parte del ADN de un organismo vivo
Científicos logran «fabricar» cinco cromosomas sintéticos de la levadura y anuncian que este año acabarán por producir los 11 restantes de los que consta este organismo. ¿Conclusión? Ya somos capaces de crear la tercera parte del ADN de un organismo vivo
Ayer, la portada de la prestigiosa revista «Science» mostraba en todo su esplendor algo que no existe. Algo que hace unos años ni siquiera podría encontrarse en la imaginación de los más apasionados seguidores de la ciencia-ficción. Algo que, sin embargo, puede que estemos más cerca que nunca de ver en la vida real. Se trataba de una imagen hipotética del ADN del primer ser vivo nacido artificialmente en la placa de ensayos de un laboratorio, la estructura cromosómica de una levadura futura. En ella, se habían coloreado en blanco los cromosomas que aún no han podido fabricarse artificialmente. En dorado aparecían los cromosomas, los fragmentos de ADN, que ya han podido sintetizarse en laboratorio: una tercera parte del total.
Y es que ayer mismo, en una acción sin precedentes, se anunciaron hasta siete investigaciones distintas que demuestran que ya es posible fabricar artificialmente un tercio de los cromosomas que componen una levadura. En otra palabras, tenemos ya la posibilidad de crear un tercio de un ser vivo. Somos una tercera parte de un semidios jugando a crear vida con nuestras propias manos.
Los artículos publicados ayer son el mayor progreso jamás obtenido en el camino para fabricar el primer organismo sintético de la historia. Vamos por partes.
En 2014, el equipo del bioingeniero Jef Boeke anunció la fabricación del primer cromosoma sintético de un organismo complejo eucariota. Anteriormente, Craig Venter había hecho sus pinitos con organismos simples como bacterias. Se utilizó como modelo un cromosoma de la levadura Saccharomyces cerevisiae. El trabajo consistió en estudiar cuál es el número mínimo de genes que requiere ese cromosoma para ser funcional. Una vez establecido, se replicaron esos genes uniendo en laboratorio uno a uno los nucleótidos que los componen. Logrado el puzle, se insertó esa cadena artificial en una célula real de levadura y se demostró que funcionaba. Imagine que quiere copiar un libro, pero no tiene fotocopiadora. Puede buscar todas las letras que lo componen, comprar toneladas de «letraset» y pegar una a una las letras en folios de papel. Al final tendrá la misma información.
El libro es el ADN de la levadura (con toda su información vital). La fotocopiadora sería la reproducción natural del organismo, que duplica la información de manera más o menos estable. La vida artificial surge cuando la ciencia es capaz de utilizar el «letraset» de laboratorio y escribir genes uniendo uno a unos los nucleótidos que los componen.
Ahora se ha dado un paso más. Ya no sólo se puede copiar un cromosoma. Un equipo internacional de científicos ha anunciado que es capaz de fabricar cinco. La levadura es un organismo que cuenta con 16 cromosomas.
El trabajo es obra de un consorcio mundial llamado Synthetic Yeast Project (Sc2.0), que asegura que para finales de año habrá sido capaz de construir la versión sintética de los 16 cromosomas. Cuando eso ocurra el ser humano habrá creado por primera un genoma completo artificial. Muchos estaremos tentados entonces de decir que «se ha creado la primera vida artificial de la historia» y volverán a aparecer los titulares sobre cómo jugamos a ser dioses y cómo el Homo sapiens ha llegado tan lejos en su ciencia que ha sido capaz de saltarse el protocolo fundacional de la vida: que la vida nace de la vida.
¿Realmente será así? Los siete artículos ayer publicados en «Science» ponen algo de perspectiva. El objeto de estas investigaciones no es fabricar seres autónomos. De momento, será muy difícil dar el salto a organismos más complejos que la sencilla levadura. Este hongo unicelular es uno de los organismos biológicos más utilizados en biotecnología. Se utiliza para la medicina, la industria de los alimentos, la agricultura... Cada vez se requieren mejores levaduras para obtener mejores productos, desde una cerveza a un antibiótico. Pero la mejora de sus genes por vía natural es cada vez más difícil. Lograr genes fabricados por el ser humano puede resolver el problema. El ADN artificial serviría para crear levaduras que se «automejoren».
El abanico de posibilidades es inmenso. Se pueden crear levaduras personalizadas según criterios de investigación, que contengan rasgos específicos que un investigador quiera estudiar. Serían como modelos de vida para estudiar sobre ellos. O pueden generarse versiones especiales para una particular función (mejorar un pan, producir vacunas, combatir una intoxicación...). El ADN artificial, puesto a nuestro servicio, revolucionará el mundo de la ciencia. Para bien, como casi siempre. Y quién sabe si también para mal, como a veces el ser humano se siente tentado de hacer.
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