Televisión

Antonio Jiménez: «No queremos provocar tensiones»

Modera la nueva tertulia de 13TV

Antonio Jiménez en el plató del programa
Antonio Jiménez en el plató del programalarazon

Tiene la voluntad de no hacer periodismo de trincheras. Antonio Jiménez (Siles, Jaén, 1956) empieza hoy su singladura en 13TV con «El cascabel al gato», que se emitirá en horario «prime time» de lunes a jueves.

Tiene la voluntad de no hacer periodismo de trincheras. Antonio Jiménez (Siles, Jaén, 1956) empieza hoy su singladura en 13TV con «El cascabel al gato», que se emitirá en horario «prime time» de lunes a jueves. Es la nueva apuesta de la cadena –que cerró enero marcando máximo mensual con un 1,4% de «share»– para el horario estelar, una de las franjas más exitosas de su programación. La meta es ofrecer un espacio de tertulia, información, opinión y entrevistas sin esquivar la realidad, analizándola y diseccionándola para que el espectador tenga todos los datos y se forme su propia opinión sobre los temas candentes de la actualidad.

–¿Cómo afronta su nuevo proyecto?

–Evidentemente, con la intención de tener audiencia. Un programa, del formato que sea, no tiene razón de ser si no le apoyan los espectadores. La intención, y el acento, lo vamos a poner en la honestidad. No queremos provocar tensiones. Haremos debates que clarifiquen, constructivos. Ni buscamos la polémica, ni polemizar por polemizar. La audiencia necesita un debate revelador y formarse su propia opinión.

Para lograr esto, ¿es indispensable contar con el respaldo de buenos tertulianos?

–Sí, se echa de menos en el debate político a personas cualificadas, gente preparada y con fuste con el fin de no tratar la actualidad con ligereza. Necesitamos interlocutores con relevancia intelectual y social. Que nadie pueda cuestionar sus opiniones porque están cimentadas en conocimientos y opiniones de peso. En cuanto a los temas sensibles, los vamos a tratar desde el comedimiento para evitar tensiones innecesarias que no le hacen ningún bien al país.

–Interpreto que el objetivo no es hacer ruido...

–Es lo más fácil. Hacer ruido y expandir la furia es lo más sencillo y, además, puede ser rentable. Pero insisto en la honestidad para que el espectador se forme una opinión. Ningún periodista es objetivo, aunque sí se puede ser ecuánime, con el matiz de que hay una serie de principios y valores en los que crees, que saltárselos sería cruzar una línea roja.

–¿13TV le da esa independencia?

–Sí. Ya trabajé en la COPE disfrutando de una libertad absoluta, sin presión. Eso sí, soy consciente de que hay una línea editorial que hay que respetar, porque tiene unos principios morales que son irrenunciables, pero que no me son ajenos. Yo defiendo los valores de 13TV, que pasan por la libertad para formarse educativamente, el derecho a la vida, el valor de la familia y el respeto a todas las ideas que estén dentro del marco constitucional, ahora más que nunca que las circunstancias son adversas.

–Y colaboradores de fuste...

–Todos tienen un nivel mediático interesante y, además, traen información, manejan las fuentes. Le estoy hablando de Isabel Durán, Javier Nart, Cristina Lopez Schichting, Juan Iranzo... y tantos otros.

–Parece que ahora, más que nunca, se exige a los periodistas una labor didáctica.

–Y la honestidad por delante, con la que está cayendo. Hay que rechazar las opiniones, yo les llamaría más bien comentarios, que se sueltan con irresponsabilidad y ligereza, porque convertiremos el periodismo en una suerte de pudridero. El ciudadano asiste a supuestas tropelías, políticos que presuntamente han robado o malversado sin esperar a que la Justicia aplique las últimas consecuencias. En el caso de los políticos, no creo que debamos generalizar, haremos un flaco favor a nuestro país, porque hay muchos que son honrados. Por esa razón hay que ser prudentes.

–¿Y el balance de la crisis?, si se puede hacer ahora...

–Ahora mismo la noticia es que estamos empezando a crecer. Quiero pensar que la hemos aprovechado para oxigenar el sistema. No hemos perdido años, los hemos ganado al ajustarnos a la realidad.