Sociedad
«Bloodline», oscuros secretos y mentiras en la soleada Florida
Netflix estrena la segunda temporada de su producción propia
Netflix estrena la segunda temporada de su producción propia
«L a gente muere. Los secretos no». Esta es la tarjeta de presentación de la segunda entrega de «Bloodline». Una decena de capítulos que ya pueden disfrutar los usuarios de Netflix de nuestro país, en los que podrán seguir indagando en una de las familias más misteriosas de la ficción televisiva actual, los Rayburn. Ambientada en los idílicos parajes de los Cayos de Florida, la ficción narró en la primera temporada los efectos que tuvo en la familia el regreso de Danny, el mayor de los cuatro hermanos, al hogar. Los Rayburn son una familia respetada en la zona, ya que durante décadas han contribuido al turismo gracias al complejo turístico que regentan a pie de playa. Sin embargo, la llegada de Danny amenaza con trastocar su idílica vida y sus hermanos, John, Meg y Kevin, tratarán de impedirlo. Algo que les llevará a tomar medidas impensables y que terminan con la muerte de Danny en extrañas circunstancias.
Víctima sin importancia
La segunda temporada arranca con la llegada de Nolan a casa de John, quien además de ser detective, ejerce de hermano mayor. El joven dice ser hijo de Danny, pero el investigador se muestra reacio ante su actitud fría. Ambos mantendrán una conversación, pero la complicada situación vital de Nolan, que no sabe nada de su madre desde hace un año, hará difícil que John pueda sacar alguna conclusión. A pesar de que el detective trata de indagar más sobre el joven, todas las pistas conducen a un callejón sin salida en el que no faltan las mentiras.
John deberá además continuar con su labor en la oficina del sheriff del condado de Monroe, donde tratan de esclarecer la muerte de su hermano. O más bien, los vínculos que éste tenía con Wayne Lowry, un traficante local al que la DEA trata de poner entre rejas. El esclarecimiento del asesinato de John será complicado, ya que la oficina antidrogas se preocupa exclusivamente por conseguir sus objetivos, sin importarle las víctimas colaterales.
Esta falta de interés policial será la culpable de los desencuentros entre John y su madre, Sally Rayburn. En los últimos meses, esta sufrida esposa y madre ha visto cómo fallecían su marido y su hijo más querido, Danny. Y mientras trata de mantener la cabeza fría, busca respuestas que aclaren la muerte de su vástago.
Otros afectados por el fallecimiento de Danny son sus hermanos Meg y Kevin. Ella ha conseguido alcanzar sus aspiraciones laborales trabajando en una importante firma de abogados de Nueva York, pero no es capaz de adaptarse a los nuevos tiempos en los que todo le recuerda a su hermano. Kevin también lucha con sus propios fantasmas, pero además debe hacer frente a unos problemas económicos. El pequeño de los Rayburn ha conseguido ser propietario del embarcadero que tanto ansiaba, pero las dificultades financieras no tardan en llegar.
La muerte de la oveja negra de la familia no ha provocado que el personaje de Danny desaparezca de la historia, y en la segunda temporada podremos seguir viendo al rol interpretado por Ben Mendelsohn. A través de flashbacks, la serie narrará los pasos que siguió previos a su muerte, así como episodios de su turbulento pasado. Lejos de las alabanzas que han recibido otras producciones de Netflix como «House of Cards» y «Orange Is the New Black», «Bloodline» es un «thriller» dramático cuya existencia ha sido tan discreta como su llegada a la parrilla seriéfila, en marzo de 2015. Ya sea por lo convencional de su planteamiento o por su ritmo, en ocasiones excesivamente pausado, la producción no ha logrado despertar el interés propio de las creaciones de Netflix.
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