Televisión
El filón de las telenovelas
La cadena del Grupo Antena 3 Nova triunfa entre las temáticas gracias a la emisión de este género de ficción que no pasa de moda
No fueron una moda: las telenovelas iberoamericanas llegaron a España a finales de los ochenta para quedarse. A pesar de que muchos pensaban que era un género en decadencia, un entretenimiento pasajero para adormecerse y dejar pasar el tiempo, siguen provocando no pocas taquicardias en las espectadoras –ya que su público es eminentemente femenino–, en vilo cada tarde y cada noche por lo que le pueda pasar a la sufrida protagonista y al no menos sacrificado galán. Ahí están las audiencias del canal temático femenino Nova para corroborarlo y el contraataque de Mediaset con un nuevo canal, Nueve, dedicado casi exclusivamente a este género.
La cadena del Grupo Antena 3 batió el pasado jueves su récord histórico con un 2,7 de cuota de pantalla, convirtiéndose en la segunda temática más vista del día y a un +1,3 puntos de distancia de su cadena rival: «Divinity», de Mediaset, consagrada a las mujeres. ¿El secreto? Su telenovela «Bella Calamidades», que logró un 4,4 por ciento de «share» y 634.000 espectadores, y «Soy tu dueña», con un 3,3 y 619.000 televidentes. Y lo más curioso: por prejuicios, se suele pensar que la mayoría del público que las sigue está situado en la horquilla entre 45 y 54 años. Pero no. Los mejores resultados los obtienen entre los espectadores de entre 13 y 44 años. «La gente joven y madura se está enganchando a las telenovelas porque se han reinventado sin perder su esencia», afirman desde Barlovento Comunicación. «Las protagonistas femeninas son cada vez más atractivas y ofrecen una versión más moderna y ellos son más musculosos. Tampoco hay que obviar que, si antes lo que predominaba era el romanticismo sin apenas escenas amorosas, ahora tienen muchos más ingredientes eróticos.
Producto rentable
Las telenovelas siguen funcionando como producto televisivo más que rentable para las cadenas por su bajo coste. Y su fórmula es tan adictiva para determinados espectadores como la de la Coca Cola. Dosificar las emociones es vital. Así, los capítulos terminan en un punto de máxima tensión dramática para «obligar» al espectador a no perderse el siguiente y así, suma y sigue hasta el final de la serie. A eso hay que añadir que las historias siempre se sazonan con secretos que avivan la curiosidad de los televidentes. Los productoras saben qué perfil de personajes es el más adecuado y lo explotan a conciencia. Así, las heroínas suelen ser unas mujeres constantemente sacudidas por la tragedia de tener que soportar la embestida de villanos de una pieza, aunque al final habrá una cumplida venganza. Y finalmente, una sucesión de temas universales como la búsqueda del amor, los problemas económicos y de salud... Como la vida misma.
En el principio fue «Cristal»
La serie venezolana se convirtió en un hito televisivo en España. «Cristal» logró una audiencia en 1990 que superó los ocho millones de espectadores. Sus protagonistas, Jeannette Rodríguez y Carlos Mata, se convirtieron en estrellas en nuestro país e incluso participaron en alguna producción patria. TVE se frotaba los ojos porque no se lo creía: un producto de un coste bajo era uno de los mejores anzuelos publicitarios de la cadena. Después llegaron «La dama de rosa» y «Rubí», con una media de siete millones de seguidores.
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