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La espada sin filo de Alatriste

El actor Aitor Luna, en su papel del capitán Diego Alatriste, fue de los mejores valorados
El actor Aitor Luna, en su papel del capitán Diego Alatriste, fue de los mejores valoradoslarazon

La serie de Telecinco pierde su primer duelo de audiencias contra «Algo que celebrar»

Mediaset echó toda la carne en el asador la noche del miércoles con el estreno de «Las aventuras del capitán Alatriste», pero los datos de audiencia no acompañaron a un proyecto ambicioso y audaz que contó en todo momento con el favor del autor de los libros en los que está basada la ficción, Arturo Pérez-Reverte. El principio del primer capítulo reunió todos los componentes para que la serie despertara el interés de los espectadores: grandes planos de los estudios Korda de Budapest, que reproducían el Madrid del siglo XVII, una ciudad bulliciosa y un reparto que encabeza Aitor Luna como el capitán de los tercios de Flandes. Sin embargo, determinados detalles consiguieron quitarle lustre a un estreno que se llevó la peor parte en las redes sociales.

Luna, mala leche y chulería

«Visto Alatriste. Sentimientos encontrados. La historia, amena. La realización, aceptable. Los colorines, excesivos». Así se expresaba Pérez-Reverte ayer por la mañana en su cuenta de Twitter. Hacía hincapié en un aspecto que ya había resaltado la Prensa cuando vio un adelanto del primer episodio: a diferencia de las novelas, en las que se nos presenta una ciudad oscura y peligrosa, la serie es demasiado luminosa, los colores de los ropajes y los escenarios resultan muy vivos y, en general, no hay polvo ni suciedad reseñable, cosa que resulta chocante. El propio autor así lo explica: «La historia estaba concebida más sombría, como es en las novelas, pero los que producían la querían más alegre». Aún así, el escritor ha destacado el trabajo actoral, ya que «fueron quienes se empeñaron en que la serie fuera respetuosa con los personajes escritos. Resistieron presiones». Destacó también, así como las redes sociales, la interpretación de Aitor Luna, que añadió «ese punto de silencio, mala leche y chulería», que requería el papel. También los comentarios en Twitter dejaron entrever que la ficción de Mediaset nunca se concibió para hacer un «Águila Roja 2», gracias sobre todo al reparto. Para terminar matizó lo que él considera una virtud en esencia: «Acerca, con razonable dignidad, la historia para un público que nunca leería las novelas».

Para los no iniciados en los libros, la serie peca al querer aprovechar las ventanas abiertas de la historia original y entremezclar algunos personajes y tramas de varios volúmenes, con lo que al espectador le resulta difícil seguir el argumento sin perderse. Como expresó Pérez-Reverte, es cierto que «en la HBO, Alatriste sería distinto, pero esto es España», y se echó de menos un control más estricto de la ambientación por parte de un historiador, lo que le restó verosimilitud a «la ropa» y a algunas «situaciones». El esfuerzo realizado por el productor José Manuel Lorenzo y su equipo sí que ha sido reconocido por algunos telespectadores que valoraron «un montaje muy acertado alternado en las secuencias de intriga, se nota que está en el guión y da un ritmo rápido a la historia» y otros que esperan darle la oportunidad de convencerles en los siguientes episodios según vaya avanzando la historia. Como recuerda Arturo Pérez-Reverte, «Alatriste no sustituye ni enmienda las novelas, que siguen estando ahí para quien quiera leerlas». La primera batalla se ha perdido con un 13,4% de cuota de pantalla y 2,3 millones de espectadores, pero la guerra es larga.

El éxito familiar de los Navarro

La nueva comedia de Antena 3 «Algo que celebrar» lideró la noche del miércoles al anotarse un 18,1% de «share» y congregar frente a la familia Navarro a 3.307.000 espectadores; se coronó como lo más visto del día y alcanzó un «target» comercial de un 21,2%. Gracias a la nueva ficción y a los datos de «El hormiguero» con la entrevista a Nicole Kidman, la cadena de Atresmedia fue la más vista (14,3%) y venció a todos sus competidores en las franjas de tarde (32,1%) y el «prime time» (30,6%).