Carlos Sobera
La sastra dio la campanada
La asistente de Vázquez entra en directo para arreglarle el vestido
Imanol Arias más desmelenado que nunca –y no sólo por el tupé traicionero que le colocó un peluquero en busca y captura–, Paula Vázquez a punto de vivir un momento «Sabrina» al rompérsele un minuto antes de las campanadas el tirante del vestido al tiempo que pedía que entrase su sastra y saludase en directo; los personajes de «La que se avecina», por debajo de las expectativas fuera de su hábitat; Alberto Chicote celebrando el Año Nuevo con cerveza... En teoría, sólo Mediaset había concebido las Campanadas como un programa de humor sin complejos. Sin embargo, se encontró con duros e inesperados competidores. El directo de la noche del 31 de diciembre fue un poco traicionero con las cadenas generalistas, aunque algunos salieron del trance con más fortuna que otras.
LA 1
¿Por qué, Imanol, por qué? Ésa es la pregunta que se hicieron millones de espectadores la noche del 31 al ver, entre la conmoción y el estupor, al protagonista de «Cuéntame» con un cardado de considerables centímetros y una verborrea que casi provoca que Anne Igartiburu fibrilase en directo. Ella sonreía, porque siempre sonríe, mientras Imanol Arias, quizá por los efectos de la laca, se cuadraba al citar a los militares destacados en el extranjero, decía «déjame que me dirija a la gente joven: ''La plaza está petada, tíos...''», para soltar una pullita ideológica: «A un país no se le puede obligar a vivir pobremente»... De sus cualidades como actor no se duda, como presentador en directo, no progresa adecuadamente. Le sobraron ciertas pulsiones de telepredicador.
ANTENA 3
Pa' habernos mataó... A las doce menos cuarto Paula Vázquez y Carlos Sobera eran una pareja feliz que seguía el guión con la misma precisión que el reloj de la Puerta del Sol. A las 23:59, Vázquez, fuera de plano soltó una onomatopeya digna de José Luis Moreno en «Noche de fiesta». Lo siguiente fue verla turbada sujetándose el vestido con la ayuda de un Carlos Sobera que presumía de saber desvestir a las mujeres pero no vestirlas. Un tirante roto anticipaba una crisis en directo que no fue: Vázquez echó mano de su desparpajo e hizo entrar a una espontánea que vivió sus segundos de gloria mientras los espectadores estaban con la boca abierta y no porque fuesen a empezar a tomar las uvas. «Que entre la sastra, que se me cae –por el vestido, aclaro–, ¡pero entra y saluda!». Y así fue. Vázquez consiguió convertir un error en una virtud. En Antena 3 deben de estar haciendo la ola.
TELECINCO Y CUATRO
Mediaset quiso dar la campanada con tres de los intérpretes de «La que se avecina» –el inconmensurable Antonio Recio, ese prodigio de desastres cotidianos llamado Amador Rivas, y Raquel– y se quedó sólo en un intento. Falló un guión demasiado previsible, los gags ya se intuían antes de que se sucediesen. Una pena, porque Jordi Sánchez, Pablo Chiapella y Vanesa Romero estaban tan encorsetados como los trajes de gala que llevaban.
LASEXTA
Prometía la presencia de Alberto Chicote, una de las revelaciones televisivas del año, junto a Sandra Sabatés. Sin embargo, salvo la subversión de celebrar las uvas con cerveza en vez de champán o cava, Chicote estuvo muy comedido. Definitivamente se mueve mejor entre los conflictos.
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