La televisión, más vista que nunca

La industria audiovisual española está de enhorabuena. Según el análisis del sector de la consultora Arthur D. Little presentado ayer por el presidente de la Unión de Televisiones Comerciales Asociadas (UTECA), Antonio Fernández-Galiano, la televisión está más presente que nunca en nuestros hogares. Según las cifras, ya es el 99,4 % de las casas españolas las que ven la televisión, lo que supone 32 millones de televisores, casi dos por cada familia. Además, lejos de decrecer, las cifras dicen que los españoles cada vez pasamos más minutos delante de nuestro programa favorito, lo que nos ha llevado, en febrero de este año, a establecer un nuevo récord de consumo en nuestro país, con un aumento considerable respecto al 2012.

Más de 77.000 empleos

Y nadie se queda fuera. Todos los grupos de edad experimentan un incremento al igual que con independencia de la condición social del telespectador. Establecemos así un consumo diario por persona y día de más de 4 horas de contenidos audiovisuales por televisión.

A nivel económico, y a pesar de la crisis, el sector sigue suponiendo el motor de una actividad económica que produce 10.300 millones de euros al año y que, además, emplea a más de 77.000 personas en nuestro país. Incluye también la riqueza indirecta que produce al apoyar a otros sectores, que representan 4.750 millones, como la producción de televisión y cine, la distribución cinematográfica, y aspectos más técnicos, como la instalación de antenas o la difusión y transporte de la señal. Aprovechando las nuevas tecnologías para impulsarse, se han establecido nuevos estándares de calidad en imagen y sonido (3D, HD, UHD, Dolby 5.1) y nuevos estándares como HbbTV, para combinar los servicios de radiodifusión y banda ancha.

Aunque el sector no está exento de problemas. Entre ellos, la reducción de la publicidad en un 50% entre 2007 y 2012 –y con tendencia a continuar–, los precios de los espacios, que se han visto sensiblemente reducidos, haber aportado –desde 1999– más de 1.9 millones de euros al sector audiovisual y más de 190 en 2012 para las entidades de gestión colectiva de derechos. Fernández-Galiano, al explicar la situación del sector, expresó que «es urgente sentarnos y hacer un diálogo constructivo». Con todo, los números siguen creciendo. Temas como el de cómo quedaría el mapa de la distribución de las TDT, después de que la Comisión europea declarara no compatibles con la normativa de la UE una parte de las ayudas destinadas a ampliar la cobertura, presenta una oportunidad para reunirse con el Gobierno. A pesar de la citada caída de la publicidad, en dirección contraria han crecido las subvenciones a obra audiovisual y la recaudación de las entidades de derechos.

En el tema de RTVE y el funcionamiento de su modelo sin publicidad –o su posible vuelta al mismo–, el sector prefiere ver el «recorrido» y poder comprobar su funcionamiento, según el estudio de UTECA, pero manteniendo a la cadena pública «fuera del mercado publicitario». Otro de los puntos fuertes de la rueda de prensa fue la posibilidad de fraude por el empleo que desde TVE hacen de los patrocinios culturales. El director de la Unión, Santiago Campos, explicó que el uso de esta fórmula supone una «violación» de la Ley de Financiación de RTVE y su organización está ya «sopesando iniciativas». En el último punto se destaca la necesidad de «un marco regulatorio que asegure la estabilidad en el número de jugadores relevantes en el mismo». Para ello piden «un plan sostenido y sostenible en el tiempo» que permita evitar las penalizaciones de los inversores y la pérdida de valor de las empresas del sector.

La vuelta de la publicidad a TVE

Un estudio reciente de la consultora Arthur D. Little aseguraba que los costes de TVE representan el 51% del mercado publicitario total de la televisión, a la vez que destacaba que la vuelta de la publicidad en TVE habría costado al sector privado unas pérdidas de explotación de entre 150 y 175 millones de euros en 2012. Por otro lado, ponía de manifiesto que la viabilidad de RTVE requiere abordar el modelo de la televisión pública y su estructura de costes y no sus fuentes de ingresos.