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Dos religiosos españoles, aislados en un hospital de Liberia con síntomas de ébola

El religioso español Miguel Pajares y la hermana Juliana Bohi permanecen aislados en el hospital San José de Monrovia (Liberia), junto a otros trabajadores del centro, tras la muerte por ébola de su director, el hermano Patrick Nshamdze.

Otra de los cinco religiosos aislados en el hospital San José de Monrovia (Liberia) tras la muerte por ébola del director del centro sanitario tiene pasaporte español al igual que el sacerdote Miguel Pajares, ha informado a Efe una portavoz de Juan Ciudad ONGD.

Se trata de la hermana Juliana Bohi, de origen guineano, que junto al sacerdote y otros trabajadores del hospital -que permanece cerrado- se encuentran a la espera de conocer los resultados del test del ébola que les han practicado, y que "previsiblemente"se sabrán mañana por la mañana, según la portavoz.

Esta portavoz ha señalado que la religiosa "empieza a encontrarse mal".

Además de los españoles, están aislados otro religioso, dos hermanas misioneras de la Inmaculada Concepción africanas y el administrador del hospital de nacionalidad ghanesa.

La organización de cooperación internacional pertenece a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y confirmó ayer el fallecimiento del director del Hospital, el hermano Patrick Nshamdze, a causa del virus del ébola, tras dos semanas de lucha contra la enfermedad.

Sólo el personal del Ministerio de Salud puede acceder al centro, aunque por ahora no lo ha hecho, por lo que se encuentran muy preocupados ante esta situación, explica la organización.

Hace unas horas la organización ha informado de que el estado de salud de Pajares "ha empeorado".

Además, la organización ha señalado que los ministerios de Sanidad y Asuntos Exteriores españoles se han interesado por el estado de salud del religioso y de las otras cinco personas que se encuentran con él aisladas en el Hospital.

La portavoz de la organización ha explicado a Efe que es el Ministerio de Salud liberiano, coordinado con la Organización Mundial de la Salud, el que tiene la última palabra a la hora de decidir si estas personas son evacuadas o no del país de confirmarse que han contraído la enfermedad.