Violencia de género

Dos reos de confianza que compartían hasta el coche

Istvan, en una imagen de Facebook
Istvan, en una imagen de Facebooklarazon

Eran, y son, uña y carne. Istvan y Morate se conocieron antes de 2010, cuando este último cumplía pena en el Centro Penitenciario de Cuenca por retener, agredir y grabar imágenes sexuales de una ex novia. Un delito que le costó alrededor de dos años de prisión. Ambos convivieron en el módulo de ingresos, un área reservada a aquellos presos jóvenes, a los que esperan ser trasladados a otros módulos y a los «primarios», es decir, los que son condenados por primera vez. Morate era de estos últimos. Su experiencia delictiva era nula. Y no se le recuerda especialmente «espabilado» en prisión. No así su amigo Istvan, que era más avezado, e hizo amistad con presos de origen colombiano. Quizá alguno de ellos tuvo relación con Morate: uno fue interrogado tras el doble crimen de Cuenca al encontrarse de permiso aquellos días, aunque finalmente tenía coartada.

En todo caso, Morate e Istvan se hicieron muy amigos, sobre todo por ser un módulo pequeño, de entre 15 y 20 personas, y alejado del considerado como «núcleo duro» de la prisión. Ocupaban su tiempo en jugar a las cartas, jugar alguna «pachanga» de fútbol. Ambos no dieron problemas en prisión. Hasta el punto de que eran «ordenanzas»: presos que gozan de relativa confianza y que cuentan con más libertad de movimientos, encargados de mantener en orden la cocina, de labores de limpieza... Hacían lo que se les decía y sin rechistar.

Según fuentes pentenciarias, Istvan, como Morate, no cuenta con delitos de sangre a sus espaldas. Tenía experiencia como ladrón. Concretamente, aseguran que desvalijaba naves industriales en las que se alojaban mercancías que, a su vez, habían sido robadas. Dichas fuentes afirman que mantenía contactos con el mundo de la prostitución en Cuenca, donde «movía chicas». Era una persona asidua a los ambientes nocturnos. Morate salió en junio de 2011 y no consta ningún nuevo ingreso en la cárcel de Cuenca. Sin embargo, mantuvo su amistad con Istvan. En Cuenca se les veía muchas veces juntos.

«Se dejaban pertenencias. Incluso no era raro ver a Istvan conduciendo el coche de Sergio», afirman en la ciudad.

Ahora, queda por demostrar hasta qué punto ayudó Istvan a su amigo Morate a huir del país. Y es que, antes de ser detenidos en la localidad de Lugoj, la Policía ya sospechaba de que un ex recluso pudo ayudar al presunto asesino de Marina y Laura a salir de España. En todo caso, y como apuntan fuentes policiales, Istvan, de ser acusado, será juzgado en Rumanía.