Educación

Comer o cenar a diario con los hijos mejora su rendimiento en Matemáticas

Comer o cenar a diario con los hijos mejora su rendimiento en Matemáticas
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Sacar tiempo para atender a los hijos y pasar ratos en familia repercuten de forma positiva en su rendimiento escolar

Sacar tiempo para atender a los hijos y pasar ratos en familia repercuten de forma positiva en su rendimiento escolar. Lo constata el último estudio del Consejo Escolar del Estado que lleva por título “La participación de las familias en la educación escolar”, que fue presentado ayer por el presidente de la institución, Francisco López Rupérez.

La comunicación entre padres e hijos es tan importante que la diferencia entre hacerlo o no puede suponer una mejora equivalente a dos cursos de escolaridad en Matemáticas, según explicó López Rupérez basándose en datos del último informe PISA (Un alumno que no conversa con sus padres saca 474,3 puntos en la materia; otro que lo hace a diario obtiene 532,7). Lo mismo ocurre cuando se trata de compartir actividades en familia, como la comida, un momento propicio para que fluya el diálogo entre sus miembros. Hacer una comida al día en común o no hacerlo supone una diferencia de 45 puntos-Pisa, equivalente a un curso académico y medio en rendimiento.

Es por esto por lo que “si queremos contribuir a la mejora del sistema no podemos olvidar este componente”, dijo el presidente del Consejo Escolar. Las altas expectativas que transmiten los padres, la “tensión hacia arriba que supone el mensaje “quien quiere puede” también mejora el logro escolar, lo mismo que la supervisión de los deberes por parte de los progenitores”, aunque todo tiene un límite. “Esa implicación no tiene una correlación lineal”, según María Castro, una de las investigadoras de la Universidad Complutense de Madrid que ha participado en el estudio. Es decir, no por el hecho de estar preguntando por su bienestar escolar a los hijos continuamente van a sacar mejores notas. Ese beneficio “tiene tope máximo”.

Llama la atención el hecho de que conforme avanza la escolarización, la implicación de los padres en órganos de participación, como las AMPAS o

consejos escolares es menor cuando, precisamente, el impacto que crea en el menor este hecho es mayor.

Lo cierto es que los padres ahora se implican más, sobre todo los más jóvenes, y tienen un nivel educativo más alto, sobre todo las madres, según López Rupérez, pero no siempre las circunstancias acompañan para poder dedicar todo el tiempo que quisiéramos a los hijos. Es por esto por lo que el presidente del Consejo Escolar pidió ayer a las administraciones laborales y a las empresas que “enriquezcan la legislación sobre participación de las familias en la educación escolar y favorezcan una auténtica implicación parental mediante actuaciones basadas en los centros educativos”.