Sexo

El 12 por ciento de las personas mayores se siente maltratada

El 12,1% de las personas mayores cree que sufre maltrato y más de la mitad de estas situaciones están provocadas por la pareja, según un reciente estudio financiado por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) y publicado en 'Medicina Clínica'. El trabajo también desvela que el tipo más frecuente de malos tratos es el psicológico (11,5%), seguido del físico y sexual (2,95%), siendo menos frecuentes la negligencia (2,07%) y el abuso económico (1,11%). Sin embargo, también se dan varios tipos de malos tratos de forma simultánea, siendo la combinación más frecuente el psicológico y el maltrato físico y sexual (22%). Respecto al responsable de los malos tratos, los investigadores han observado que con frecuencia es la pareja (51,2%: 72,7% varones y 27,3% mujeres), seguido de los hijos (25,6%: 70% mujeres y 30% varones), desconocido (14%), hermano (7%) o un vecino (2,3%).

En el caso de maltrato psicológico, el responsable más frecuente es la pareja (56,8%) seguido de los hijos (27%). Respecto al maltrato físico y sexual, nuevamente el responsable de maltrato más frecuente es la pareja (50% de los casos), seguido de los hijos (31,3%). Por lo que se refiere al abuso económico, se mantiene el mismo patrón en cuanto a frecuencia (pareja 62,5%; hijos 12,5%). Sin embargo, esta tendencia cambia cuando se trata de negligencia, siendo los responsables los hijos (50%) más que la pareja (33,3%).

La investigación, conducida por María Izal, de la Universidad Autónoma de Madrid, cuenta con la participación de Pilar Regato, del Centro de Atención Primaria Delicias y El Palo, Juan Manuel Espinosa, del Centro de Atención Primaria El Palo, y Gema Pérez-Rojo, profesora de la Universidad CEU San Pablo, entre otros. Según el equipo investigador, las causas de los malos tratos a personas mayores suelen estar asociadas con el estrés. La dependencia y la ayuda constante de otra persona para realizar actividades de la vida diaria pueden generar una situación de inquietud en el cuidador y, a su vez, favorecer el maltrato o la negligencia, concluyen los expertos.