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El ébola vence a Pajares, primer europeo muerto por el virus

Fallece en el Carlos III el primer infectado europeo por ébola tras una semana de lucha. El paciente, cuyos restos fueron incinerados, sufrió una parada respiratoria que resultó fatal

Miguel Pajares, el primer contagiado español por ébola, fallecía durante las primeras horas de ayer en su habitación de aislamiento en el Hospital Carlos III.
Miguel Pajares, el primer contagiado español por ébola, fallecía durante las primeras horas de ayer en su habitación de aislamiento en el Hospital Carlos III.larazon

El religioso, que estaba siendo tratado con el «suero milagroso», el medicamento ZMapp llegado de Estados Unidos, fue repatriado a España la semana pasada procedente de Monrovia. Será enterrado hoy en el panteón de la Orden, algo que él mismo pidió

No pudo ser. Su avanzada edad y la agresividad del virus fueron determinantes para que Miguel Pajares, el primer contagiado español por ébola, falleciera durante las primeras horas de ayer en su habitación de aislamiento en el Hospital Carlos III. Como explicó ayer Begoña Martín, prima del religioso, «creo que es un final feliz, aunque parezca una barbaridad, porque si Miguel tiene que vivir con la pena de la muerte de sus compañeros del Hospital San José no hubiese podido estar en paz». Así, el sacerdote español, primer fallecido europeo por un virus que continúa causando estragos en África occidental, descansa por fin junto a Chantal Pascaline y George Combey, los otros dos misioneros que durante la semana pasada contrajeron la enfermedad en el hospital liberiano.

Su agonía terminó a las 9:28 horas. A pesar de haber sido tratado en la misma tarde de ayer con el suero ZMapp, llegado desde Estados Unidos, y de experimentar una leve mejoría en las horas previas a su fallecimiento, sufrió una serie de complicaciones a lo largo de la noche de las que no se pudo recuperar. En torno a las 3:00 horas sufrió una parada respiratoria que fue definitiva. Los médicos decidieron mantenerle sedado y sin intubarle. Pero su estado ya no mejoraría. A la parada hubo que añadir problemas con su riñón, que no funcionaba debidamente, circunstancia que le impedía orinar.

Padecía el tifus

Además, no sólo estaba infectado por ébola, también padecía tifus, como la hermana Juliana, la otra española que fue repatriada de Liberia y que no ha contraído el virus. Un cúmulo de circunstancias adversas que, añadidas a sus problemas cardiacos y a su avanzada edad –75 años– provocaron que «perdiera todas las defensas» y que sufriera una «bajada de las constantes vitales», informaron a Efe fuentes del centro. En resumen, «el virus se lo había comido por todos lados», por lo que «la salvación de su vida no fue posible», pese a que los profesionales del Carlos III hicieron todo lo que estaba en su mano para mantenerlo con vida. La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha asegurado que durante todo el proceso -tanto sus cuidados en vida como el tratamiento dado a su cadáver-, «se ha cumplido con toda la normativa vigente» y con todo el protocolo higiénico, esencial para evitar la propagación de tan letal virus.

Periodo de incubación

Miguel Pajares empezó a manifestar los síntomas de la enfermedad el lunes 4 de agosto tras tratar durante dos semanas a Patrick Nshamdze, director del Hospital San José de Monrovia (Liberia). A Nshamdze se le practicó el test para averiguar si tenía ébola y los resultados fueron negativos en un principio, lo que hizo bajar la guardia de sus cuidadores. Algo que a posteriori resultó fatal. Nshamdze falleció y resultaron contagiados Pajares, George Combey –compañero de Pajares en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios– y Chantal Pascaline –hermana misionera de la Inmaculada Concepción–, fallecidos, y Paciencia Melgar –compañera de Chantal–, que aún sigue con vida y se encuentra ingresada en el hospital ELWA de Monrovia. El mismo día 4 se le practicó el test a Pajares y resultó positivo, lo que motivó la puesta en marcha de un operativo de repatriación por parte del Gobierno español para él y la hermana Juliana, también con nacionalidad española, que según los primeros análisis no contrajo la enfermedad. La unidad Médica de Aeroevacuación (Umaer) recogió a los dos enfermos en Liberia y los trasladó hasta Madrid, donde Pajares ha permanecido ingresado en el Hospital Carlos III, totalmente aislado. Por otro lado, la Orden de San Juan de Dios ha manifestado su deseo de reabrir el hospital liberiano, después de que fuera clausurado el pasado 1 de agosto.

Tras certificar la muerte, el cadáver fue conducido por personal de una empresa funeraria desde el hospital al crematorio de Villalba para su incineración, que tuvo lugar sobre las 14:00 horas. Y es que, debido a la alta carga viral de los cadáveres de los fallecidos por ébola, no cabe otra medida que la cremación, sin que ni siquiera se les pueda practicar una autopsia.

Material absorbente

Para ello, se siguió escrupulosamente el decreto de Sanidad Mortuaria de la Comunidad de Madrid. El cadáver entraba en la categoría de tipo 1, por la cual representaba un riesgo sanitario. Por ello, el receptáculo en el que se transportaba el cadáver tenía que ser estanco, su interior debía contener material absorbente e incluir un dispositivo depurador para equilibrar la presión interior y exterior.

Las cenizas de Pajares serán enterradas hoy en el panteón que posee la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Un deseo que el sacerdote manifestó en su testamento, según comentó a este diario Feliciano Pajares, uno de sus hermanos. No en vano, siendo apenas un niño se trasladó a Madrid para estudiar en el antiguo seminario de la Orden de San Juan de Dios, por la que ha dado, literalmente hablando, la vida. Ya en la década de los sesenta fue ordenado dentro de la Hermandad. Llevaba trabajando en el hospital liberiano desde 2007, aunque ya había ejercido previamente su labor humanitaria en el país africano.

Precisamente, los tres hermanos y varios sobrinos carnales –en total, unas 12 personas– se trasladarán durante la mañana de hoy a la capital para asistir el entierro y a la posterior misa, que se celebrará a las 11:30 horas en la capilla del Hospital San Rafael de Madrid. El Ayuntamiento de la localidad toledana de la Iglesuela ha decretado tres días de luto y para este sábado está prevista la celebración de una misa. El pueblo, de apenas 400 habitantes, estaba ayer desolado. «Ya han tocado las campanas por él, hasta entonces no me lo creía. Estoy llena de tristeza», decía una vecina.

Las reacciones por la muerte de Pajares se han producido a todos los niveles. Y las redes sociales han sido el principal altavoz. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, expresó en Twitter su «más sentido pésame» a la «familia y los compañeros» del fallecido. «Triste noticia; descanse en paz», sentenció. La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, y la Defensora del Pueblo han mostrado igualmente sus condolencias. Del mismo modo, el Rey Felipe VI y la Reina Letizia han enviado sendos mensajes de apoyo. Por su parte, la Conferencia Episcopal Española (CEE) mostró su «dolor y oración por la muerte del padre Pajares y el resto de la comunidad» del Hospital San José. «Gracias por el testimonio y ayuda recibida», rezaba el tuit publicado por el secretario general y portavoz de la CEE, José María Gil Tamayo.