«Sin signos de violencia, pero sí de criminalidad»

Tras pasar 490 días sumergido, el primer análisis del cuerpo determina que no hay indicios visibles de agresión, pero su estado de «saponificación» obliga a esperar al informe definitivo.

El cadáver hallado en una nave abandonada en el municipio coruñés de Rianxo corresponde con el de una mujer de entre 18 y 20 años, de cabello largo y oscuro. Así se desprende del informe preliminar de la autopsia realizada al cuerpo que los investigadores atribuyen que es el de Diana Quer, la joven madrileña cuyo rastro se perdió hace ya casi 500 días durante las fiestas de A Pobra do Caramiñal, en la zona de Ribeira. El informe si bien no concreta la causa exacta de la muerte, que sigue a estudio después de que «no se hayan hallado signos de violencia pero sí indicios claros de criminalidad», tal y como informaron ayer desde el Tribunal Superior de Justicia de la Xunta de Galicia.

Como explican los investigadores, aún hay que esperar a lo que revele la autopsia definitiva, lo que podría llevar varias semanas, dado que las pruebas tomadas hay que mandarlas de La Coruña al Instituto de Toxicología de Madrid.

La dificultad estriba en los 490 días transcurridos, dado que al llevar tanto tiempo sumergido en agua, el análisis puede complicarse. Según criminólogos consultados, esto se debe primero al efecto «saponización y gases», que en otras palabras quiere decir que cuando un cadáver entra en contacto con el agua se produce el «efecto sapo», el cuerpo se hincha, flota y al concluir este proceso comienza una fase de descomposición progresiva. De ahí que, a medida que pasa el tiempo, sea más y más difícil escuchar y leer las señales del cuerpo. Las defensivas puede que se evidencien, pero las «heridas» sexuales será más difícil que lo hagan, dado que el tejido blando es lo primero que se destruye.

En cualquier caso, un estudio más minucioso arrojará más información sobre qué le pasó a esta joven. En este caso, de lo poco que juega a favor del estudio forense, además de las manos expertas, es que el cadáver revelará mejor sus «secretos» que si estuviera en el mar, al no contar con fauna depredadora y que, por lo tanto se ha conservado en mejores condiciones.

Para determinar si la joven fue maniatada o estrangulada habrá que esperar a lo que determine la autopsia definitiva. Como explican las fuentes consultadas a este diario, «si fue maniatada aparecerán signos de ello en las muñecas o en los brazos. En caso de estrangulamiento se sabrá porque se trataría de comprimir violentamente las venas carótidas de la joven o la traquea». Y añade el experto: «De todo esto suele quedar rastro».

Los restos han sido trasladados desde el Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), con sede en Santiago de Compostela, hasta el Centro de Antropología Forense de Verín (Orense). El jefe de la Sección de Patología Forense de la Subdirección de Orense, Fernando Serrulla, será el encargado de realizar la autopsia del cuerpo, que comenzó el domingo a las 12:00 horas y se prevé que finalice en el plazo de una semana. Como ha explica a «La Región» el jefe de la Sección de Patología Forense «no ha podido apuntar nada dadas sus particularidades». Sin embargo, sí señaló que los pasos a seguir habitualmente en el análisis de cuerpos de homicidios en estado de putrefacción, lo que conlleva la esqueletización y el estudio de las partes blandas, además de un análisis detallado del hueso para determinar ataques de arma blanca u otros tipos de lesiones.

El cadáver fue recuperado el pasado domingo del interior de un pozo en una nave abandonada de la localidad de Asados, en Rianxo, a la que «El Chicle» llevó a la Guardia Civil. Una vez que concluyan los trabajos forenses, los restos mortales de la joven serán trasladados a Madrid, donde sus familiares y otros seres queridos le darán sepultura. A la espera de que se concrete cuándo, el abogado de la madre de Diana, Pedro Víctor de Bernardo, explicó a este periódico que entre hoy y mañana se personarán como acusación particular.