Ciencias naturales
El mito del hombre salvaje
En las mitologías de diversos pueblos hay una suerte de guardián de las montañas, de las grutas escarpadas, quebradas abruptas o de los bosques inaccesibles que a menudo es un bípedo configurado en lo básico de una forma muy parecida al ser humano, incluso con rasgos de «homo sapiens», pero totalmente salvaje o asilvestrado, de tamaño descomunal y de costumbres hurañas. Tal es el Yeti o el Mi-go asiático y el Bigfoot o el Wendigo norteamericanos, monstruos horrendos y huidizos que, en las variadas mitologías del mundo entroncan con la tradición del «hombre salvaje» que estudió el antropólogo mexicano Roger Bartra en un famoso libro titulado El salvaje en el espejo (Destino 1996). En ese libro, Bartra demuestra que el mito del hombre salvaje es un mito distintivo de la civilización occidental ya desde los «agrioi» griegos y los semihombres hibridados con las bestias de su mitología, los anacoretas asilvestrados de la antigüedad tardía o el «homo sylvaticus» medieval, que puebla nuestras catedrales.
A la literatura clásica europea pasó con el Calibán de Shakespeare, el caníbal de Montaigne y o el Cardenio cervantino, viviendo en los riscos de la Sierra Morena. Las mitologías centroeuropeas y de los Balcanes viraron hacia el terror con una serie de criaturas fantásticas que normalmente no hacen daño al ser humano y se supone que están emparentadas con él. Puede que esto sea un lejano eco mitológico y legendario de la idea persistente de una alteridad en la humanidad, de la existencia de otra raza humana alternativa, que en el sueño de los científicos se aviva con la especulación del llamado eslabón perdido cada vez que surgen descubrimientos de nuevos homínidos antiquísimos que otrora poblaran el planeta.
Recordaré finalmente al hilo de las nuevas especulaciones –son cíclicas– sobre el Yeti, la aparición estelar de esta criatura en la literatura de ciencia ficción, terror y horror cósmico. Pocos otros autores han tratado estos temas como H.P. Lovecraft, que tiene algunas interesantes alusiones sobre estas criaturas fantásticas y de insospechada antigüedad que campan por algunos de los relatos más apasionantes del maestro de Providence y, posteriormente, de sus epígonos de la escuela lovecraftiana. En la idea de Lovecraft de crear una nueva mitología de seres aterradores y de insondable hogar telúrico, los llamados «primigenios», el ser que se conoce como «abonimable hombre de las nieves», ocupa un curioso lugar.
Larga es, como se ve, la sombra del mito del hombre salvaje, de la que solo hemos esbozado algunas pinceladas aquí.
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